Clases Particulares 4 - Relatos Eróticos

Clases Particulares 4

... encontrados con el sexo anal. Con los primeros chicos con los que estuve no se dio la situación. Era muy joven y fueron relaciones o más bien rollos cortos. Con mi novio sí que alguna vez lo hemos hablado. Como a todos los hombres, sé que le gustaría follármelo. Y sé que es habitual practicarlo en pareja, pero me da algo de reparo, por el dolor. Al principio de nuestra relación lo intentamos un par de veces, pero al empezar a penetrarme, como me dolía, paramos. Así que no hemos pasado de algún dedo en alguna ocasión.

No sé si es por el alcohol, pero decido relajarme y dejarle hacer. Sigo sobre él, besándole con mucha lengua. Mi mano sigue en mi clítoris. El sigue con ambas en mi culo, una agarrándome fuerte la nalga izquierda llevando el ritmo. La otra cubre mi ano. Uno de sus dedos, tras jugar en mi abertura acariciándolo en círculos, me penetra. Lo hace despacio, metiendo solo la punta. Gimo en su oído, dándole un permiso tácito. Introduce más y lo hace girar, agrandando el espacio. Lo mueve en círculos. Creo que lo ha metido todo, no cabe más. La sensación es extraña, invasiva. Pero me gusta. Él ha ralentizado el ...

... ritmo de las embestidas. Sigo muy lubricada y su polla se desliza fácilmente. Ahora polla y dedo van acompasados. Dentro y fuera, dentro y fuera. Uff, estoy muy cerca. Noto un cambio en su respiración. Suspira y gime bajito. Sabiendo cómo se tiene que estar también a punto. Decido parar para darle tiempo. Me incorporo y me quito. Le miró fijamente y me doy la vuelta. Me pongo en cuatro y giro la cabeza.

- Ven – le digo. Apoyo mi cabeza en la cama, elevando mi culo más. Mientras él se incorpora y se coloca tras de mí, meto mis dedos en mi vagina y sigo jugando con mi clítoris. Bufa e introduce su verga en mi coño. Agarra fuerte mis caderas y empieza el movimiento. Aumenta la velocidad mientras gime cada vez más fuerte. Quiero acabar juntos así que martilleo mi clítoris sin piedad.

-Ahhhh – se corre. Un poco más y siento como me llega. Grito.

- Joder, si me vas a despertar así, sal todos los jueves…

Me rio, le abrazo y me hago sitio en el hueco de su axila. Sigo desnuda. Él me arropa. Tardo muy poco en dormirme.

NOTA: Lo que has leido es parte de mi novelaClases Particulares, ya disponible en Amazon Kindle.