Las aventuras de Benito y su perro “Husme” III - Relatos Eróticos

Las aventuras de Benito y su perro “Husme” III

... diciéndola:

-Buenos días, Sandra, te voy a presentar a una de nuestras vecinas, es Matilde, y vive junto a su esposo y sus dos hijas en la casa número quince. – y volviéndose a Matilde la dijo – Y ella es Sandra, la nueva propietaria de esta vivienda.

-Mucho gusto, me alegro de que por fin estén todas las casas vendidas, - dijo Matilde dándoles un beso a cada una de ellas y justificando su presencia les dijo – He venido a darle la enhorabuena a Benito por su adquisición.

-Pues mucho gusto, ya iremos conociendo al resto de los vecinos y espero que Benito nos los vaya presentando. – dijo sonriendo Sandra y les presento a la joven que la acompañaba – Esta es mi hermana pequeña, Patricia, que ha querido venir a ver la casa, pero hasta dentro de un par de días no nos mudaremos definitivamente.

Tras brindarse tanto Benito como Matilde a ayudarlas en todo lo que pudiesen necesitar, se despidieron de ellas y una se dirigió a su vivienda y el otro hacia la salida de la urbanización seguido de su perrillo, ya que recogería su moto que estaba aparcada junto a la caseta del vigilante y le pediría a Flor que se quedase con “husme” un par de horas mientras el hacia una compra de los suministros más urgentes para su nueva vivienda, tanto de comida como de bebida. Tras preguntarla como le iba el primer día y saber que de momento todo discurría con normalidad, le dijo que tenía que ir a por provisiones y le pidió que se quedase al cuidado de “husme” un rato. Mun se alegró mucho ...

... de que confiase en ella dejándole su cachorro, y le invito a desayunar ya que era consciente de que le había dejado la despensa bien acondicionada y de que el nada se había llevado para su nuevo hogar. De nuevo “husme” no tuvo ningún comportamiento extraño con la nueva vigilante, por lo que Benito considero que lo del día anterior debió ser que la propia excitación de su nuevo empleo alertase al perrete.

Unas horas más tarde tras haber encargado un envío de todo cuanto le parecía necesario, volvió y seguido por su perro se dirigió con la moto muy lentamente a su nueva casa, pues iba a dejarla en la enorme cochera, e iba pensando que debería de comprarse un coche para poder llevar a “husme” con él a todos sitios. Al llegar comprobó que ya no estaba aparcado el descapotable de Sandra, por lo que dio por sentado que una vez que la hermana había visto la casa se habrían ido, cosa que le confirmo Flor cuando la recogió para dar una vuelta por la urbanización e irle presentando a aquellos vecinos con los que coincidieran, haciendo tiempo mientras esperaba el pedido que le traerían al medio día. En su paseo solo coincidieron con Mariana y Manuela, a las que las amigas con las que habían pasado la noche, las habían dejado en la entrada de la urbanización, y tras presentárselas ellas quisieron que su madre también la conociesen, y Matilde saludo efusivamente a Mun, a pesar de que Benito seguía empeñado en llamarla Flor. Cuando se aproximaba la hora de que le trajesen el pedido, se ...