1. Las aventuras de Benito y su perro “Husme” III


    Fecha: 13/12/2025, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Viejo Intrepido, Fuente: TodoRelatos

    ... momento en que “husme” dando unos apagados aullidos casi inaudibles se puso a mirar fijamente a Benito a la vez que con movimientos de cabeza parecía indicarle que cogiese sin más demora aquel espectacular culo que bajo la corta camiseta le ofrecía con descaro Sandra, pues en aquella postura manipulando los cables para conectar el portátil a la TV, la tela de la prenda se ajustaba totalmente a los dos cachetes de su trasero que tenían prisioneros los ojos de aquel atribulado y a la vez fascinado hombre.
    
    Si la situación de por sí ya era incómoda para Benito, pues no sabía cómo colocarse para que no se le notase la repentina erección que la visión de las desnudas nalgas de la joven le provocaba, de pronto esa situación se volvió perturbadora, ya que, sin cambiar de postura, Sandra se volvió a mirarle girando solo su cabeza, pero manteniendo su bellísima grupa en pompa y sus bellos muslos al aire, y de nuevo con su provocadora sonrisa mirando alternativamente a “husme” y a la entrepierna de Benito le dijo:
    
    -Si quieres pasar un rato agradable, relájate, ponte lo más cómodo posible y abandónate a tus sensaciones, aúlla como tu perrito si eso te tranquiliza, porque nos esperan noventa minutos con imágenes realmente excitantes, y que espero los disfrutes tanto como lo hago yo cada vez que veo esta película.
    
    Acerco la mesita al sofá y dando al pley se recostó en el respaldo apoyando sus pies desnudos en la mesita, pero segundos después cambio de posición tumbándose a lo ...
    ... largo del sofá y recostando su cabeza en uno de los reposabrazos y sus pies sobre los muslos de Benito, a la vez que decía:
    
    -¿Puedo?
    
    Como el hombre, cada vez más confundido y sofocado no dijo nada, ella dio por un si su callada respuesta, y se recoloco de lado, haciendo que por unos segundos su camiseta se le subiese y el bueno de Benito comprobase que, bajo aquella camiseta blanca, no llevaba absolutamente nada, a la vez que uno de sus talones termino rozando con la protuberancia que esa visión le había acentuado en su entrepierna. No habían acabado aún las imágenes de los títulos de la película, que de nuevo Sandra volvió a mover su pie y esta vez lo dejo pegado a su ya casi dolorido manubrio, mientras “husme” lo miraba con tristeza, como animándole a meterla mano de una vez. Con timidez y evidente temor, Benito acaricio el empeine de aquel pie que le estaba llevando a una dimensión totalmente desconocida para él hasta la fecha, y al comprobar que no protestaba ni parecía que le molestaba, hizo lo mismo con el otro pie, pero en este caso cogiéndoselo por el talón con una mano y acariciando su empeine con la otra, pero ahora subiendo y bajando la mano casi hasta la rodilla. Una vez convencido de que su perro de nuevo tenía razón, se deshizo de cualquier titubeo y sin previo aviso bajo su cabeza y empezó a besarla ese pie, empezando por el empeine y terminando en sus dedos, entre los cuales empezó a pasar su lengua con una lujuria desatada y tan empecinado estaba en lo que ...