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La granja de semianimales de Sara - 2
Fecha: 15/12/2025, Categorías: Zoofilia Autor: secre, Fuente: TodoRelatos
La granja de semianimales de Sara - 1 https://www.todorelatos.com/relato/235558/ -Bien chico,- dice Sara cuando bajo al comedor, y continua,- en la granja no se puede hacer el vago. Hoy te voy a enseñar a ordenar a las vacas. Así me podrás ayudar con ellas. Se limpia las manos en el pantalón y se pone en pie, dándote una palmada en la espalda.—Venga, sígueme. Las vacas llevan despiertas desde antes de que saliera el sol. Hay que ordenarlas bien... y si te manejas tan bien con ellas como con los gatos, seguro que hasta te cogen cariño. Cruzas la puerta trasera y el aire del granero te golpea, denso, cargado de olor a paja y a animal grande. Las vacas están alineadas, algunas cuchichean entre ellas, otras te miran con esa calma enorme de quien sabe que tiene todo el tiempo del mundo.S ara te observa, divertida, mientras te acompaña hasta la primera vaca. —No tengas miedo de mancharte. Aquí la limpieza viene luego… Ahora tócalas, conócelas. Si una vaca te lame, enhorabuena: ya eres parte de la familia.La vaca más cercana mueve la oreja, te olisquea la mano y, sin pudor, te da un lengüetazo largo y baboso en el antebrazo.Sara se ríe fuerte, –Eso es, le caes bien. Si te animas, puedes probar cómo se siente de verdad una vaca pegada a ti…El granero entero parece contigo, expectante, oliendo a sudor, heno y algo más salvaje, propio sólo de esa granja. Lasvacas mujer de la granja imponen desde el primer momento. Son criaturas enormes, de alzada poderosa y ...
... formas generosas. Cada una tiene un cuerpo robusto, caderas anchas y piernas sólidas, con una piel suave cubierta de manchas blancas y negras. Lo que más llama la atención, sin competencia, son esosdos pechos gigantes, colocados sobre el pecho como una provocación descarada y nada disimulada. Cada pecho cuelga pesado, con varios pezones rosados brotando en fila, gruesos y largos, imposibles de ignorar.Los rostros tienen un aire bovino, pero los ojos conservan un brillo pícaro y humano. Orejas grandes, una melena espesa, y la boca, pesada y húmeda, lista para masticar o lamer lo que le pongan por delante. El ambiente en el establo, con todas esas vacas mujer tumbadas o en pie, es de pura calma. Rumian despacio o te miran con indiferencia, moviendo el rabo con parsimonia. Pero cuandoSara se acerca entre ellas, el clima cambia al instante: Una vaca se levanta, la cabeza enorme balanceándose, y en cuanto Sara se aproxima para acariciarle el hocico… ¡pum! La vaca le da un pequeño golpe con la cabeza en el costado, lo justo para echarla hacia atrás sin ninguna delicadeza. Otra, aprovechando la confusión, empuja a Sara con el lomo y la aparta unos pasos, como si la estuviera castigando por acercarse demasiado. Las demás vacas miran la escena como si de verdad tuvieran su propio carácter y reglas, soltando algún mugido grave, pero tranquilas, seguras de que el granero es su territorio. Sara se ríe, frotándose el costado –Vaya carácter tienen hoy... A ver si a ti te dejan ...