La granja de semianimales de Sara - 2 - Relatos Eróticos

La granja de semianimales de Sara - 2

... acercarte, que veo que se han encariñado más contigo que conmigo.

Las vacas mujer te miran, suspechos enormes balanceándose con cada respiración, los pezones marcando el ritmo. Son tranquilas, pero se nota el poder de ese montón de carne viva, expectante ante el nuevo invitado en la granja.

Ves cómoSara cruza el establo con paso seguro, abriendo ese armario viejo que cruje con cada movimiento. No duda ni medio segundo: saca undildo enorme, negro y brillante, unido a un arnés resistente. Te mira de soslayo, atrapa la mirada y sonríe con descaro antes de soltarse el pantalón delante de ti. Se lo baja hasta los tobillos, dejándose al aire esa actitud de no tener vergüenza de nada, y se coloca elstrap-on, ajustándolo a sus caderas, como si lo hubiera hecho mil veces.

El arnés le queda apretado contra la piel, y el dildo sobresale entre sus piernas, recto y desafiante,perfectamente alineado con la entrepierna. La base redonda se pega a su pubis, simulando un bulto macho que, a Sara, le da un aire aún más salvaje. El contraste de su cuerpo femenino con ese trasto de goma duro y brutal es imposible de ignorar. Tus ojos se clavan sin disimulo en esa polla postiza, gruesa, y Sara lo nota de inmediato

.—¿Qué pasa, Juan? ¿Nunca has visto cómo se tranquiliza una vaca mujer por aquí? —te suelta entre risa y tono de advertencia—. Aquí, el que quiera leche, primero tiene que saber “ordeñar” de verdad.Mueve la cadera, haciéndote fijar aún más en el dildo. Mientras ajusta las ...

... correas y se asegura de que la polla está bien fija, las vacas empiezan a mugir más fuerte, como si reconocieran lo que está a punto de pasar.Sara te da un golpe en el pecho con la mano, empujándote hacia una de las vacas mujer más grandes.

—Anda, observa bien, porque luego me va a tocar a mí vigilarte a ti...Lapolla de Sara sobresale grotesca, lista para darles a las vacas justo el “tratamiento” que necesitan para relajarse y seguir produciendo leche. Y a ti, la imagen se te queda grabada,mezcla de morbo y desafío, sabiendo que ese desfile de carne y dominio es solo el principio de la mañana.

Sara no se anda con rodeos. Atrapa a la vaca mujer que le dio el golpe, le aparta la cola con un gesto decidido y, sin perder tiempo,apunta el dildo justo a su entrada húmeda y reluciente. La vaca mugiendo grave, con esa mezcla de desafío y expectación, inclina la cadera para recibir lo que viene.

Sara te clava la mirada mientras desliza el dildo dentro de la vaca, abriéndole los labios con total autoridad. El arnés cruje y Sara empuja con fuerza,entrando hasta el fondo, haciendo que la vaca tiemble entera, la respiración agitada y la piel erizada en torno a esos pechos colosales. El mugido que lanza la vaca es largo, hondo, reverberando por todo el granero.

Sara sonríe, controlando el ritmo—A las vacas mujer hay que darles este tratamiento casi cada día. Si no se les da caña, dejan de producir… y, sobre todo, se ponen de un humor que no te salva nadie.

Sigue empujando, los ...