1. El entrenamiento de Cassie - 1


    Fecha: 16/12/2025, Categorías: No Consentido Autor: Cory, Fuente: TodoRelatos

    ... en el tubo, la había deseado. No era solo lujuria: quería moldearla. Quería una versión propia de lo que Rowan había logrado con Alina. Una mujer rota, reprogramada, totalmente sumisa, que viviera solo para complacerlo. Que aprendiera a suplicar por su polla y por el dolor.
    
    Cassie terminó de firmar y dejó caer el bolígrafo. Magnus tomó el contrato y lo dobló con cuidado.
    
    —¿No debería tener una copia de eso? —preguntó con voz frágil.
    
    Magnus la miró con desprecio contenido.
    
    —Una puta sumisa no necesita una copia de nada.
    
    Cassie sintió un nudo en el estómago.
    
    —Ahora —continuó Magnus, poniéndose de pie—, quítate las bragas y súbete a mi escritorio. Abre las piernas bien abiertas.
    
    Ella se quedó paralizada.
    
    —¿Qué?
    
    Magnus avanzó y la tomó del cabello, obligándola a mirarlo a los ojos. Su mano era dura, firme.
    
    —Ya no tienes derechos humanos, Cassie. Firmaste eso. Eres mía. Así que haz lo que te ordeno o te voy a castigar, azotándote el coño hasta que grites.
    
    Cassie gimió de miedo cuando la soltó. Rápidamente se bajó las bragas y, temblando, se subió al escritorio. Abrió las piernas torpemente, sintiendo el frío del aire entre ellas y la mirada de Magnus quemándole la piel. Magnus se acercó despacio. Sus ojos se fijaron en la línea rosada de su coño. Pasó dos dedos lentamente por su raja húmeda, arrancándole un escalofrío involuntario.
    
    Cassie tragó saliva con fuerza. Magnus se inclinó y olió despacio, como saboreando la tensión.
    
    —Bonito color. ...
    ... Pronto estará hinchado y adolorido —murmuró.
    
    De pronto, sin mucha delicadeza, se inclinó más y le chupó el clítoris con rudeza. Cassie gritó, intentando apartarse, pero Magnus la sujetó con fuerza.
    
    —Te recuerdo que si no cumples con el contrato, tendrás que pagarme diez millones de dólares —le dijo entre dientes.
    
    —¡Eso no estaba en el contrato! —gritó ella, sollozando.
    
    Magnus sonrió con malicia.
    
    —Estaba en letra pequeña. Y ya firmaste. Te lo mostraría, pero no tengo por qué demostrarle nada a una puta sumisa. Así que abre las piernas y déjame comerte.
    
    Cassie miró el techo. No tenía opción. Obedeció.
    
    Magnus volvió a inclinarse. Esta vez mordió, lamió y jaló los labios de su sexo con saña, arrancándole gemidos entrecortados de miedo y placer confuso.
    
    Cassie no sabía cómo reaccionar. Su cuerpo la traicionaba, encendiéndose, incluso mientras su mente gritaba que estaba mal. Era humillante. Se sentía sucia, usada, rota. Pero el roce, el dolor, las mordidas, todo se mezclaba y al final el placer la desbordó. Gritó, convulsionando con un orgasmo fuerte, llorando mientras lo hacía.
    
    Magnus no se detuvo. Volvió a chuparla con ansia cruel, mordiéndola más fuerte, arrancándole otro orgasmo que la dejó exhausta y temblorosa. Cassie lloraba abiertamente.
    
    Cuando terminó, Magnus se incorporó. Tomó las bragas del suelo y las guardó en su bolsillo con una sonrisa mientras se lamía la crema de Cassie en los labios.
    
    —Nos vamos.
    
    —Pero... mi trabajo en el club aún ...
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