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El entrenamiento de Cassie - 1
Fecha: 16/12/2025, Categorías: No Consentido Autor: Cory, Fuente: TodoRelatos
... no termina... —balbuceó ella. Magnus alzó una ceja. —Tú ya no trabajas aquí. Ahora solo eres mi perra. Vivirás en mi casa, donde te pueda follar cuando quiera. Muévete. Cassie se bajó del escritorio con torpeza, temblando. —¿Y mis bragas? Magnus soltó una carcajada seca. —Olvídate de ellas. Ya no volverás a usar bragas nunca más. Cassie se estremeció y bajó la mirada, obedeciendo en silencio mientras él la guiaba hacia la puerta. Magnus fue el primero en subir a la limusina. Se acomodó en el amplio asiento de cuero, con toda la calma del mundo, como si fuera su propio trono. Hizo un gesto breve para que Cassie entrara detrás de él. Ella lo hizo con pasos cortos, temblorosos. El coche arrancó enseguida, con las luces de la ciudad brillando afuera de las ventanillas polarizadas. Magnus no perdió tiempo. Abrió su pantalón con gesto metódico y sacó su polla semi-erecta, gruesa y pesada. La sostuvo con una mano, mirándola a ella fijamente. —Quítate el vestido —ordenó con voz áspera—. Y móntate sobre mi polla. Cassie se quedó helada. El terror la clavó en el asiento, los ojos muy abiertos, sin poder moverse. El silencio apenas duró un par de segundos antes de que Magnus la golpeara con una cachetada seca y dura que le giró la cara. Un ardor agudo le quemó la mejilla. —No me gusta repetir las cosas, Cassie —escupió él. La agarró del cabello con fuerza y la obligó a mirarlo a los ojos—. Si sigues así voy a castigarte duro. Ella sollozó un “sí” ...
... casi inaudible. Temblando, llevó las manos a los tirantes del vestido. El tejido se deslizó por su piel hasta caer al suelo del coche. Magnus sonrió al ver su cuerpo desnudo, sus pezones endurecidos por el miedo y el frío del aire acondicionado. Sin darle tiempo a pensar, él la jaló hacia sí, sujetándola de la cintura con manos de hierro. La levantó con facilidad y la posicionó justo sobre su polla, alineándola con la entrada de su sexo. —Ahora, bája. Que mi polla llegue al fondo de tu coño. Cassie apenas respiraba. Su corazón latía con violencia en su pecho. Obedeció, pero su descenso fue torpe y tembloroso. Magnus no tuvo paciencia: la sujetó con más fuerza y la empaló con un solo y brusco movimiento, enterrándola hasta el fondo en un gemido desgarrado de dolor. Cassie gritó. No era virgen, pero hacía mucho tiempo que no tenía sexo con nadie. Su interior ardía, su cuerpo se tensaba, intentando rechazar esa invasión brutal. Magnus la sujetó del cabello otra vez y la jaló hacia atrás, obligándola a arquear la espalda y quedar expuesta, clavada en él. —Era de esperarse que a tu edad no fueras virgen —dijo con asco teatral—. Pero me decepciona de todas formas. ¿Quién te ha quitado la virginidad, Cassie? Cassie gimió, apretando los ojos con fuerza. —¿Para qué... quieres saber? —logró balbucear mientras él bombeaba dentro de ella con fuerza, su polla enorme rozándole las paredes más sensibles. Magnus la obligó a mirarlo de nuevo, sus dedos enterrados en su ...