1. Mi vida. Resplandores y tinieblas (5)


    Fecha: 16/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: lolalp, Fuente: TodoRelatos

    ... las plantas de los canteros laterales, y del patio del fondo, que se colocarían al día siguiente.
    
    A pesar de la diferencia horaria, casi la medianoche en Europa, hicimos una videollamada con Ana y con Alice, que nos felicitaron por nuestro flamante logro, y ambas dijeron que en algún momento vendrían, para conocer Argentina, y el Instituto en persona.
    
    El servicio que contrató el padre de Maite fue una locura, como si de una fiesta se tratara, incluido el champagne para el Brindis.
    
    A eso de las diez de la noche se fueron retirando los invitados, los últimos fueron Gloria, Adriana y Marisa, mi padre no había aparecido y ni quise preguntarle a Gloria los motivos.
    
    A partir del lunes abriríamos las puertas del instituto, desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, Sol y yo estaríamos en las mañanas, y solo estaría yo en las tardes, al menos hasta que comenzara a funcionar.
    
    Ese mismo lunes, entraron varias personas a preguntar por clases de apoyo, para niños y adolescentes, y ya para la semana siguiente, tuvimos nuestros primeros alumnos, dos chicos de secundaria, que venían a clases de apoyo para aprobar la materia.
    
    Y así comenzó a funcionar el Instituto, cada semana con más alumnos, incluso un hombre de unos cincuenta años, que necesitaba perfeccionar su inglés, para el puesto gerencial que estaba ocupando en una empresa.
    
    Poco a poco fuimos generando ingresos, aunque para decir que vivíamos del instituto, aún nos faltaba mucho, esos dos ...
    ... primeros meses, apenas cubrimos los gastos.
    
    La primera contratación que tuvimos que hacer, fue de una chica de nombre Anabela, que trabajaría en la recepción, atendiendo las consultas, manejaría los horarios, y se ocuparía del cobro de los honorarios.
    
    *
    
    A mediados del mes de noviembre, Maite me invitó a almorzar el domingo en su casa, y durante el almuerzo, me dijo:
    
    -Facu, ¿tenés algo que hacer a la tarde?
    
    -No Mai, nada!
    
    -¿Me acompañas a Ezeiza, voy a buscar a una amiga que llega de Europa a las cinco.
    
    -Sí dale, preparamos el mate y vamos.
    
    Dos y media de la tarde salimos para Ezeiza, Maite no me dijo cual de sus amigas era, pero como tiene varias que no conozco, daba lo mismo, nada tenía que hacer ese domingo.
    
    Llegamos a Ezeiza y estacionó el auto, entramos al aeropuerto y nos quedamos cerca de la puerta por la que sale la gente de los vuelos que arriban.
    
    Esperamos más o menos media hora, yo no prestaba atención a la llegada de los vuelos, ni de dónde venían, tan solo hablábamos con Maite.
    
    En un momento esas puertas automáticas se abrieron, y un montón de personas comenzaron a salir, empujando los carros con sus maletas.
    
    Noté algo nerviosa a Maite, y supuse que eran las ganas de ver a su amiga.
    
    Mirábamos en dirección a esa puerta, cuando de repente la vi, empujando el carro con dos grandes maletas, no era otra que Alice, y me puse feliz de verla.
    
    Se acercó a nosotros, y nos saludamos con un abrazo.
    
    -Bienvenida Alice! Qué felicidad me da ...
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