Mi host father el macho que me estrenó XI - Relatos Eróticos

Mi host father el macho que me estrenó XI

... he's done for me-

“ ok chico, aquí estamos. Es la casa de mi jefe y le debo un par de favores. Te ha visto en los entrenos de natación y quiere que seas tú quein pague mis deudas con él”

-No way- le dije – what the fuck. Are you saying that I’m a slut and that you can share me with whoever you want? No way-

“Ni en coña, pero qué coño ¿estás diciendo que soy una puta y que me puedes compartir con quien quieras? ¡Ni en coña!

Abrí la puerta cabreado, ni en coña iba a hacerlo. Trey me sujetó del brazo con fuerza.

-Look kid- it’s your decisión. You may think that it is a punishment, but let me tell you that if you are going inside that house it is going to be one of the best presents in your life. Trust me- Acabó diciendo con una media sonrisa de cabrón.

“Mira chico, la decisión es tuya. Puedes pensar que es un castigo, pero déjame decirte que si vas dentro de esa casa, será uno de los mejores regalos de tu vida. Confía en mí”

Joder con el puto Trey, había estado haciéndose el cabreado y que iba a castigarme, cuando en realidad me estaba haciendo un regalo. Me quedé quiete mirándolo mientras pensaba qué hacer, hasta que me decidí y me lancé comerle la boca y estrujarle el paquete.

-Ok! That’s a deal…DAD- remarqué el papá.

El abrió los ojos como platos cuando se lo dije y sujetando mi nuca me volvió a besar con pasión.

-That’s my boy – respondió

Y se quedó esperando hasta que llamé a la puerta y me abrieron.

Me quedé en shock cuando vi quien me ...

... abría la puerta, no me lo podía creer: Mr Tradd, el padre de John uno de mis compañeros del equipo de natación.

-Welcome kid, come in, don’t be shy-

Mientras entraba en la casa oí como Trey arrancaba la furgoneta y se iba.

Os pongo en antecedentes de quién era Mr Tradd. Era arquitecto y el jefe de mi host father, además de ser un hombre hetero, casado y con tres hijos; el pequeño era compañero del equipo de natación, muy buen chaval y un poco pardillete, pero el típico buen tío inocentón con el que uno siempre podía contar si necesitabas ayuda en algo (por cierto que me encontré años más tarde en Barcelona, historia que ya os contaré)…y en serio que jamás habría pensado que a su padre le pudieran ir los chicos.

¿Y cómo era él? Rondaba los 50, alto, atlético con barbita canosa bien recortada, melenita también canosa, ojos azules y una sonrisa que derretía. Nunca me había fijado en él, pero ahora, en su casa, me sorprendí de no haberlo hecho. Vestía una camisa blanca y unos pantalones de traje que le quedaban como un guante e iba descalzo lo que le daba un toque menos serio y que acompañaba a su sonrisa que no había desaparecido de su rostro desde que me vio en la puerta.

Entonces empezó a hablar conmigo en español correctísimo, pero con un marcado acento americano y recordé que la madre de John era española, de mi ciudad y que cuando conocí a John se puso a chapurrear el catalán con mezcla de español.

-Ven chico y siéntate a mi lado, cuéntame un poco de ti- me ...