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Mi host father el macho que me estrenó XI
Fecha: 17/12/2025, Categorías: Gays Autor: xaxo, Fuente: TodoRelatos
... dijo señalando el sofá junto a él con media sonrisa. Yo estaba extrañamente relajado, a pesar de la situación. Era como si supiera que tenía que estar allí, como si el universo se hubiera conjurado para que yo viviera esa experiencia, sin saber aún el motivo, pero con un propósito. (Os juro que entonces no creía en estas cosas, de hecho tras la muerte de mi madre no creía en nada de lo que me habían enseñado. Si había un Dios no podía ser tan cabrón…eso pensaba entonces). Me senté cerca de él, en el sofá, aspirando su aroma de hombre limpio, de persona sana. Charlamos como dos colegas, de mi vida, de la suya mientras nos bebíamos un par de copas de vino. Me sentí visto y tratado como un adulto, no como el adolescente que era y me encantó. Ahora soy consciente que con Mathew (así se llamaba) tuve mi primera cita con un hombre. Con el vino me iba sintiendo un poco mareado, desde que estaba en USA sólo bebía cerveza y con el deporte intentaba cortar el alcohol, pero aquella noche el vino, el sentirme como me sentí, me hizo flotar como en una nube y dejarme ir. -Te he visto en las competiciones de natación- me comentó Matthew – y la verdad es que nadas muy bien, tienes mucha potencia, buenos brazos- sonrió -Tú tampoco estás nada mal – le contesté – se te ve muy en forma Sonrió pícaro… -¿Quieres ver un poco más? – me preguntó mientras se levantaba del sofá y empezaba a desabrocharse la camisa. Primero los puños, después botón a botón, calmado, ...
... disfrutando del momento, de mi atención, porque yo estaba con los ojos como platos y el paquete que empezaba a doblar de tamaño. A él también parecía gustarle mi reacción, porque en sus pantalones se empezaba a dibujar una carpa considerable mientras dejaba ver su pecho atlético y tapizado de vello canoso, su vientre definido y su cintura estrecha, Os juro que entonces jamás pensé que un hombre de 50 años pudiera estar así. Tenía como referente a mi padre y sus amigos, y excepto uno de ellos que era exfutbolista y estaba muy en forma, los otros eran una tribu de fofos. Me levanté del sofá y me acerqué a él para acariciar su cuerpo y besarle en los labios. Al principio fue un beso tierno, el beso de dos personas que se gustan, pero después cuando nuestras lenguas se rozaron, se desató la pasión. Me abrazó con fuerza mientras nos devorábamos la boca mutuamente. Pegamos nuestros paquetes sintiendo nuestras pollas una contra la otra restregándose, rezumando lefa; parecía que nos queríamos fundir el uno en el otro. Nos separamos par que él se quitara la camisa y los pantalones y para que yo me liberara del chándal del equipo. Nos quedamos los dos en speedo en azul y su cuerpo era un escándalo: definido, tapizado de vello canoso, con unas piernas fibradas y unos gemelos de campeonato, pero lo mejor era ese pollón que se marcaba babeante encerrado en un speedo que apenas podía contener semejante herramienta. Claro que yo no me quedaba atrás. Mi cuerpo atlético, mi paquete ...