-
Vacaciones en Punta Quemada (I)
Fecha: 18/12/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: dlacarne, Fuente: TodoRelatos
... trozo de tela que no fuera de las toallas. Todo el mundo estaba desnudo y éramos nosotros a quienes miraban al pasar. -Detrás de aquello hay unas calas pequeñitas chulísimas -dijo Lex señalando unas rocas escarpadas que cortaban brúscamente la orilla a unos metros de nosotros-. Ahí es donde la gente vergonzosa va a ponerse ropa. Me hizo gracia aquel chiste y, al reírme me eché sobre él, agarrándolo del vientre y la espalda. Una teta se me quedó levantada sobre su torso y, al verlo, me aparté rápido. Fui consciente en ese momento de que su brazo, al echarme sobre él, rodeó furtivamente mi cadera y, ahora, se desprendía de mi cuerpo arrastrándose en una delicada caricia que me puso los pelos de punta. Después de aquello nos venció el silencio hasta llegar a las rocas. Una escarpada montaña cortaba en seco la playa y se adentraba en el mar. En su parte más baja era al menos una cabeza más alta que yo y, aún así, Lex podía apoyarse para mirar por encima. Trepó buscando las rocas menos afiladas y me ayudó a subir. Andamos unos pocos metros por encima de la roca, haciéndome polvo los pies, y, al bordear una pared casi vertical, dimos con una pequeña cala de arena fina excavada en la formación rocosa de una belleza singular, acotada en el otro extremo por un saliente similar al que habíamos subido. Lex bajó a la arena de un salto y, aunque para mí la altura me pareciera un mundo, fui detrás de él. Me recogió en la caída entre sus brazos abiertos, como si me salvara de una ...
... muerte segura, pese a que la fina arena hubiese amortiguado cualquier daño. Era diminuta apretada contra su pecho y rodeada por todo su cuerpo. No huí esta vez del contacto, sino que respondí con otro abrazo y contemplé la belleza del lugar apoyada sobre él. -¡Me encanta esto! No hemos andado casi nada y hemos entrado a otro mundo. ¡Casi que ni se escucha a la gente! -Yo aluciné en su día cuando me descubrieron este sitio. Me alegra que te haya gustado también. -Es precioso... Sin salir de su abrazo, giré mi cuerpo hacia él, rodeándolo yo también por la cintura. Me quedé mirándolo como una pava, sin saber que decir más, haciéndose el silencio. Un silencio, ahora, nada incómodo. Sentí entre mis muslos, casi en el pubis, su miembro desnudo, ese que había estado bailando al aire todo el camino junto a mí y no me atreví a mirarlo por vergüenza... quizás era ese contacto el que necesitaba para perderla. Lo besé. Un beso espontaneo, sin pensamiento previo ni premeditación y, sin embargo, fue un beso que no causó sorpresa. En cuanto mis labios se intercalaron con los suyos, una de sus enormes manos y se dejó caer por mi cuello. Como buena aprendiza, la mía imitó a la suya. La mano que cayó por mi cuello, continuó su descenso hasta mi pecho, marcando su contorno con un dedo antes de agarrarlo. Mi lengua reaccionó y cambió mi boca por la suya. Dejé de sentir el pene que recaía sobre mi muslo para, poco después, notar un titánico trozo de carne duro presionándome la ...