1. Vacaciones en Punta Quemada (I)


    Fecha: 18/12/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: dlacarne, Fuente: TodoRelatos

    ... barriga. Miré de reojo, descuidando por momentos mi obligación con el beso, impresionada. Mi mano perdió el interés en el rostro y, como si hubiera ensayado cientos de veces el movimiento, agarró el pene con firmeza y propinó una amplia sacudida. Se me escapó un suspiro, a él una risa.
    
    El beso continuaba, pero con la atención en otra parte. Con los ojos abiertos, nos limitábamos a tener los labios justos y a jadear. Desistí y fui a buscar lo que mi cuerpo pedía. Bajé la cara hasta la polla, que agarraba holgadamente con las dos manos. Sobrecogida por su tamaño, la medí de arriba a abajo con la lengua; no contenta con la medición, la metí en mi boca hasta donde pude. Con la mitad dentro y la mitad fuera, mamé de aquel rabo recto y duro con gozo e inquietud a partes iguales; con suavidad, sin prisa, disfrutando de aquel inesperado momento, de aquel inesperado cuerpo, como también lo hizo Lex del mío. Ahora, estirada a su lado, Lex me agarró del culo y en su cara pude ver extrañeza al comprobar que ni con una de sus amplias manos podía abarcar uno de mis cachetes. Estirando todo lo que pudo sus dedos, zarandeo mis carnes y la extrañeza de su rostro se convirtió en un golfo goce.
    
    Su mano dejó de apretar mi culo en el momento en el que, sin soltarle la polla, mi boca bajó hasta sus huevos. Succionando uno de sus testículos, lo masturbé rápido y sin cesar, haciendo que cayera desplomado hacia atrás. Con mi recién conocido amante impedido en el suelo, gateé sobre carne ...
    ... y arena para que mi pecho quedara sobre su cadera; coloqué la polla negra entre mis dos tetas y las apreté con las manos. Escupí sobre el buen trozo de rabo que sobresalía y empecé a moverme. Lex gemía y yo no perdía ojo a mi trabajo. Estiraba la lengua para alcanzar el glande cada vez que bajaban mis tetas. Con cada contacto sentía como me subía la temperatura y ya notaba como estaba chorreando por entre las piernas.
    
    Sin esperarlo, Lex se puso en pie con energías renovadas. Traté de seguirlo pero, solo alcancé a quedarme de rodillas cuando tuve ese espadón amenazando mi cara. Después de una rápida degustación para recordar su sabor, la volví a aprisionar contra mis tetas, pero esta vez fue él quien puso el movimiento. Sentía como si me apuñalara el pecho sin cesar. Si me puse este par de melones fue que me los follara una polla así.
    
    -Quiero que te corras así -y la única respuesta que obtuve fue una puñalada más grande en mi pecho.
    
    Absorta en aquello que acontecía entre mis pechos, volví a la realidad cuando los movimientos de Lex perdieron contundencia, llegando casi a frenarse. Contra todos mis deseos, aparté la vista para mirarlo a la cara. Sus ojos apuntaban al frente, confundido. Algo lo asustó y trató de hacerme un gesto. Sin entender que pasaba, me puse en pie por puro instinto. Me abracé a él preguntando qué pasaba, eso sí, sin soltar su enorme polla que, como en una irónica advertencia, señalaba al frente.
    
    -¡Hola, chicos! ¿Qué hacéis? Os estábamos ...
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