1. El entrenamiento de Alina - VI


    Fecha: 18/12/2025, Categorías: No Consentido Autor: Cory, Fuente: TodoRelatos

    ... estaba demasiado sensible.
    
    Las horas pasaron. La tortura era constante y meticulosa. Uno se retiraba a tomar agua o descansar, pero otro siempre estaba en su lugar. Sus pezones estaban hinchados y enrojecidos de tanto morder y lamer.
    
    Cada vez que se corría, Rowan le ordenaba decir en voz alta:
    
    —¡Me estoy viniendo para ustedes, gracias!
    
    Y ella obedecía, con lágrimas y gemidos.
    
    —¡Me estoy viniendo para ustedes… gracias…!
    
    El hombre entre sus piernas se reía.
    
    —Buena chica.
    
    Otro le sujetaba la mandíbula para meter dos dedos en su boca.
    
    —Chupa.
    
    Ella obedecía, succionando, mientras gemía con los otros dos hombres sobándole los senos y mordiéndolos de nuevo. Su cuerpo se arqueaba, atado y sin escapatoria. Rowan grababa cada detalle, sus ojos fríos y satisfechos.
    
    Al final, cada uno terminó masturbándose sobre su vientre, sus pechos y su boca.
    
    —Abre la boca.
    
    Ella temblaba pero obedecía.
    
    —Gracias… por la comida…
    
    Bebía todo lo que podía, tragando con el rostro húmedo y avergonzado. Incluso bebió el orine de uno de ellos.
    
    Cuando terminaron, los tres hombres se levantaron y se limpiaron con servilletas.
    
    —Valió cada dólar, Rowan —dijo ...
    ... Mark.
    
    —Sí, la mejor sumisa que he visto —coincidió Eliot.
    
    Rowan sonrió satisfecho.
    
    —Me alegra que hayan disfrutado.
    
    Se despidieron con apretones de mano y salieron. Rowan se quedó mirando a Alina, todavía atada, el cuerpo brillando de sudor y semen.
    
    —Cuántas veces te corriste, nena.
    
    Ella gimió:
    
    —20 veces, papi
    
    Él rió bajo.
    
    —Buena puta.
    
    Se quitó el cinturón, lo enrolló en la mano y subió a la cama.
    
    —Ahora es mi turno.
    
    Rowan la desató solo para girarla y ponerla a cuatro patas. La tomó de las caderas y la penetró de golpe.
    
    —¡Ah—!
    
    Empezó a follarla con fuerza inhumana, sus caderas chocando contra sus nalgas.
    
    —¿A quién perteneces?
    
    —¡A ti, papi!
    
    —Dilo más sucio.
    
    —¡Soy tu puta! ¡Tu perra! ¡Tu juguete!
    
    Rowan la jaló del cabello hacia atrás.
    
    —Eso. Mi juguete.
    
    Siguió embistiéndola, luego su mano en su cuello, ahogándola ligeramente.
    
    Cuando terminó, la obligó a arrodillarse y le dijo:
    
    —Limpia.
    
    Ella lamió su polla con cuidado, tragándose todo. Rowan la sostuvo del cabello.
    
    —Mañana te entrenaré de nuevo. Estás mejorando, pero no eres perfecta todavía.
    
    Ella solo susurró:
    
    —Sí, papi… gracias por enseñarme… 
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