1. Capítulo 8 - El Silencio también habla


    Fecha: 20/12/2025, Categorías: Lesbianas Autor: Pagina y Silencio, Fuente: TodoRelatos

    ... pandillas que controlaban ciertas rutas. Cuando partieron, una parte de ella agradeció en silencio que Charlotte ya no viviera allí.
    
    Fue en el camino de regreso cuando el silencio dejó de ser solo eso, y se volvió un espacio de conexión.
    
    —¿Quieres que ponga música? —preguntó Charlotte, con suavidad.
    
    Emily negó con la cabeza.—Así está bien. Me gusta oír el viento.
    
    Charlotte sonrió, mirando de reojo cómo el sol le tocaba la piel a su compañera de asiento.
    
    —Está bien —dijo—.Pero si te duermes, me voy a sentir muy aburrida.
    
    Emily soltó una pequeña risa. Era imposible que se durmiera, sobre todo porque ella iba al volante. Pero era cierto: el cansancio muchas veces se nota.
    
    —No dormí bien anoche. Y no fue por la cama —agregó Emily.
    
    Charlotte la miró.—¿Y eso? ¿Sucedió algo sin que me diera cuenta?
    
    —No, nada de eso. Solo que... —Emily quería encontrar las palabras adecuadas para decirlo.
    
    —¿Fue por lo que pasó? —agregó Charlotte con cierto nervio en la voz, incluso temiendo la respuesta. Guardó silencio unos segundos, con el corazón latiéndole a mil.
    
    —No precisamente por lo que pasó. Más bien fue por lo que sentí. No estoy acostumbrada a... eso. A sentir tanto sin saber por qué.
    
    Charlotte bajó un poco la ventanilla. El viento les despeinaba suavemente.
    
    —No tienes que entenderlo todo —dijo—. Ni explicarlo. Solo... vívelo. Vivámoslo. Y si necesitas que frene, dímelo.
    
    Emily giró el rostro. La miró de perfil.
    
    —Parece que eres demasiado ...
    ... paciente.
    
    —No es paciencia —dijo Charlotte, sin quitar la vista de la carretera—. Es que lo que siento por ti no me da prisa. Me da paz.
    
    Y esa frase —tan simple, tan limpia— provocó que Emily se mordiera el labio. Si decía algo, iba a quebrarse. Y tal vez, por primera vez, no tenía miedo de hacerlo. Fue como una caricia que la desarmó por dentro.
    
    Miró hacia el camino, tragando el nudo que se le formaba en la garganta. Se sentía libre... y al mismo tiempo tan vulnerable que no sabía si llorar o detener el coche en ese momento solo para abrazarla.
    
    Charlotte mantenía la vista en la carretera, pero sus dedos jugueteaban con el dobladillo de su pantalón, como si su corazón necesitara desahogarse en gestos mínimos.
    
    Emily, en silencio, la observaba de reojo. Esa frase..."me da paz"... aún resonaba en su pecho.
    
    No dijo nada. No necesitaba hacerlo.
    
    En una curva larga y suave, donde los árboles se abrían como un túnel de luz, Emily estiró la mano despacio y la posó sobre la de Charlotte, que descansaba sobre su pierna.
    
    Fue un gesto simple.Pero en esa caricia silenciosa se dijeron muchas cosas:
    
    Sí, estoy aquí.Sí, quiero intentarlo.Sí... te quiero a ti.
    
    Charlotte no apartó la mirada del camino, pero sonrió.No necesitaba respuestas con palabras. Esa mano cálida, temblorosa, entrelazada con la suya, era suficiente.
    
    Y así siguieron, juntas, atravesando la montaña. Sin promesas... pero con una conexión que, ahora, ninguna de las dos podía negar.
    
    El auto siguió su ...
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