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El culo de Carolina
Fecha: 21/12/2025, Categorías: Anal Autor: Alber, Fuente: CuentoRelatos
... puntualmente y marqué el intercomunicador de su apartamento. Cuando bajó y la vi tuve una erección de inmediato, la cual se intensificó cuando le eché una mirada a su fantástico trasero en el momento en que le abrí la puerta de mi carro para que se montara. Tenía puesto un pantalón blanco muy ajustado, que le realzaba su magnífico culo, dejando adivinar que llevaba pantaletas tipo hilo dental. No sé cómo hice para disimular y no abalanzármele encima. De resto, estaba muy bien vestida. Llevaba una camisa, también muy ajustada, de color negro, de manga larga, el cabello recogido y unas sandalias de tacón mediano que dejaban apreciar los pies más bonitos y mejor arreglados que haya conocido en una mujer. Además, olía muy rico, lo cual hacía incrementar mi excitación. Habíamos quedado en ir a tomarnos algo en un lugar tranquilo, para poder conversar. Nos sentamos en una mesa de un lugar que estaba bastante de moda y pedimos unas copas de vino y comimos unas tonterías. Estuvimos dos horas charlando sobre los viejos tiempos de la universidad. Ya habíamos bebido un poco más de la cuenta y llegamos, por casualidad, a temas mucho más picantes. Hablando por casualidad de mi antigua relación con Inés, Carolina, desinhibida por el alcohol, me dijo: –Ustedes como pareja eran una mierda y se la pasaban peleando todo el día, pero según me contaba Inés en la cama les iba maravillosamente. Inés decía que tú eras un gran follador. No pude evitar sonrojarme y luego de tragar ...
... grueso, riposté: –¿Con que esas tenemos? ¿Las dos se la pasaban chismeando sobre nuestra vida sexual? Vaya, vaya. –Ah, ¿te vas a hacer el tonto diciéndome que no sabes que las mujeres nos contamos esas cosas? –Bueno, la verdad es que recuerdo que Inés me contaba cosas tuyas, Carolina. Me contó cómo Federico, el novio que tenías en esa época, te echó una cogida en el estacionamiento de un centro comercial y luego fueron descubiertos por los vigilantes porque tú comenzaste a gritar como una loca. Esta vez la que se puso roja fue ella, pero inmediatamente dijo, sonriendo: –Lo que pasa es que una de mis fantasías era tirar en un sitio público, sintiendo el peligro de ser descubierta… Y luego de una breve pausa me preguntó, con malicia: –¿Y tus fantasías cuáles son? En ese momento decidí jugármelo todo e inventé una respuesta que sin duda era falsa pero que ayudaría a mis propósitos: –Mi fantasía más grande en la universidad fue hacer un trío contigo y con Inés… Pensé que en ese momento me iba a abofetear, pero su respuesta fue una mirada sugerente, luego de lo cual dijo, con voz seductora: –La verdad es que yo no sé si podamos contar con Inés para cumplirla, pero si te conformas conmigo, papito, creo que podemos pasar un momento inolvidable. No creas que no me he dado cuenta de las buceadas que me has echado últimamente. Mi respuesta fue que cinco minutos después ya había pagado la cuenta y estábamos montados en mi carro, yendo hacia un motel muy ...