1. Mamá, ¿por qué estás desnuda? (5)


    Fecha: 25/12/2025, Categorías: Incesto Autor: PerseoRelatos, Fuente: TodoRelatos

    ... gustó —le dije, bajando la voz.
    
    —Me encantó. —dijo, y luego fijó la mirada en mí—. ¿Y esto?
    
    Mi verga desnuda daba muestras claras de estar en posición de ataque.
    
    Ambos nos quedamos callados. Tanto, que podía oír mis pensamientos.
    
    —…¿Quieres que…? — sugirió mamá. El peso de la propuesta era tan grave que, incluso después de lo que había pasado, las palabras no se atrevían a formarse en su boca.
    
    Sentí algo parecido al terror.
    
    —No… no hace falta — la sangre de mi cuerpo estaba repartida entre mi verga y mi cara. Me temblaba la voz y tenía la garganta seca.
    
    No, no podía cruzar esa puerta. Aunque quisiera, aunque no deseara nada más en este preciso momento ni en el mundo entero.
    
    Lo bello no es sino el comienzo de lo terrible.
    
    Y lo terrible estaba frente a mí, tan inamovible como el destino.
    
    Mis manos sudaban sin parar y aunque quería levantarme e irme, tampoco tenía el atino de hacerlo.
    
    Mamá, sin embargo, se acercó a mí, casi pegando su rostro al mío. Adivinó, supongo, el miedo en mi mirada. Esa mujer lo sabía todo.
    
    Sin decir palabra, su mano alcanzó mi pene. El contacto cálido y súbito no hicieron sin aumentar el estrés en mi cuerpo.
    
    Gemí.
    
    Algo.
    
    Nada.
    
    Mamá me miraba a los ojos y sentí cómo sus dedos se deslizaban hasta mis huevos.
    
    Sin decir nada, se agachó y se lo metió en la boca de un solo movimiento. Mi glande desapareció en sus labios, y mi resistencia también. Gemí como un condenado.
    
    Era un abismo, un vórtice ...
    ... descabellado y absurdo el que me tragaba.
    
    Sentía cómo la sangre palpitaba en mi verga y, al mismo tiempo, mi sistema nervioso entraba en una parálisis estimulante.
    
    Sus labios subían y bajaban, y yo me quedé sin aliento. No era una velocidad muy alta, pero tampoco hacía falta. Yo estaba al borde del colapso, del orgasmo o de la muerte.
    
    Sentí una de sus manos recorrer mis muslos y llegar hasta mis huevos.
    
    Eso realmente me hizo perder la cabeza.
    
    Duró la eternidad de un par de minutos.
    
    Mi pecho se comenzó a expandir y contraer con rapidez. Mis manos aferraron las cobijas con fuerza. Mi verga, el aire, la vida, el amor. Todo quedó dentro de su boca. Fue el mejor orgasmo de mi vida. Tan grande y absoluto que grité en mi cabeza:
    
    ¡Mamá!
    
    ¡Mamá!
    
    Siguió chupando y me tiró sobre el colchón. Siguió chupando y no paré de venirme.
    
    Quise mantenerme coherente en el pensamiento, pero mis ideas se desintegraron en el aire. El caos fue un bálsamo.
    
    Siguió chupando hasta que no hubo más qué chupar.
    
    Y entonces, ya vacío, se acostó a mi lado, mirando el techo.
    
    Nuestras respiraciones estaban tremendamente agitadas.
    
    —Vaya… el taller fue una gran idea — solté, como una manera de romper la tensión, pero también el sueño. Tenía que tocar la realidad o me volvería loco.
    
    —Jajaja, vaya que lo fue.
    
    Nota del autor
    
    Bueeenas, ¿cómo están?
    
    En mi Patreon pueden leer ya hasta el capítulo 8, el cual, por ciero, es realmente de los mejores textos que he escrito en mi vida. ...