El desmadre que se formó el día que la familia con - Relatos Eróticos

El desmadre que se formó el día que la familia con

... porque siempre me ha dicho que fue compañera tuya, pero siempre se refirió a ti como alguien que conocía, como a una compañera de carrera. Por eso antes de explicaros mis motivos, voy a intentar explicaros los de Marijo, y creo que os vais a asombrar, pero antes podríamos sacar los pastelitos que he traído y si tenéis algún licor para acompañarlos mejor, porque quizás alguien se sienta incomodado con mi explicación, y sobre todo yo necesito desinhibirme incluso un poco más.

Hicieron un receso y sacaron los pastelillos que había traído Julia, unas copas y dos de las botellas de cava, y entonces Julia continuo con su relato:

-Cuando la conocí, en una charla que nos dio el primer año de carrera, la aborde al finalizar, ya que me encanto los conocimientos que tiene de lo que yo quería hacer en el futuro. Me invito a merendar y seguimos hablando del tema, pero cuando yo le dije claramente que me gustaría invitarla a mi casa, ella me dijo claramente que yo le gustaba “la ostia”, esa fue su expresión, pero que jamás me amaría, pues ella estaba enamorada de una compañera de carrera, su mejor amiga, pero que jamás le dio opción, y aun a pesar de eso ella seguía soñando con que algún día podría conquistarla, y por lo tanto no quería ningún compromiso serio.

-Joder si solo yo era su mejor y puede que única amiga. – exclamo casi horrorizada Carmen – Por lo menos que yo sepa.

-Coño Carmen, sigues en la inopia, o quieres seguir en ella. – le dijo su hermana pequeña riendo ...

... alegremente – Pues claro que debes ser tu su gran amor, si ahora estas para comerte, no digo nada como estarías para la tal Marijo hace unos años.

-Bueno si no os importa ahora os voy a explicar mis motivos y puede que hasta os escandalicen, pero voy a ser sincera, tanto como lo he sido desde el primer momento con Santi. Cuando he contado que mi madre en la embajada conoció a su nueva pareja, no he matizado que era una ejecutiva de un laboratorio que vino a hacerse cargo de una sucursal que abrieron aquí, y asignaron a mi madre como interprete personal de ella. Como ya he explicado, mi madre era una feminista radical y quedo prendada de la avasalladora personalidad de aquella joven ejecutiva, por cierto, lesbiana confesa, de su gran autoridad y del evidente dominio de su trabajo, por lo que acabo enamorándose de ella y a los pocos días la convenció para dejar el hotel en que estaba y se la trajo a vivir a casa. Yo por aquellas fechas tenía catorce años y las hormonas más revolucionadas que las huestes de Pancho Villa, y como la nueva pareja de mi madre era muy escandalosa cuando practicaban sexo, yo me dedicaba a contrarrestar a las revolucionarias hormonas con unas pajas descomunales, y lógicamente pensando en el sexo que escuchaba, un sexo lésbico que parecía maravilloso, sobre todo tal como lo radiaba Haruko, la novia de mi madre.

-Como comprenderéis, entre las compañeras del instituto, empecé a buscar amigas que estuviesen interesadas al igual que yo en descubrir la ...