Tía consentidora – Mi sobrino duerme en mi cama - Relatos Eróticos

Tía consentidora – Mi sobrino duerme en mi cama

... así que lo dejo libremente que esté en cualquier parte de la empresa, muchos trabajadores lo conocen y le hacen platica le muestran cosas etc. Después de un par de horas regresa a buscarme a la oficina, y se sienta frente a mi delante del escritorio, yo llevaba puesto un traje de vestir de oficina, una falda un poco arriba de las radillas, comisa y un saco. Normalmente uso medias, pero en esta ocasión no usé, Morito estaba en su celular y muy poco hablábamos ya que yo seguía ocupada mientras estábamos ahí morito se sienta en el piso casi debajo del escritorio, yo escuchaba el sonido de su videojuego del celular, así que no le tomé importancia.

Pero recordé que traía falda así que, por todo este motivo del morbo de estos días, pensé que quizá estaba intentando ver debajo de mi falda, a pesar de que estos días me ha visto los calzones a placer y sin restricciones, me dio ese sobresalto en el corazón de la calentura, el morbillo de la travesura y aun mas estar en un lugar semipúblico, no estaba segura si esa era su intención, pero de igual forma abrí las piernas y me subí la falda cerca de los muslos para dejarle libre la vista, tenía puesto calzones muy genéricos que suelo usar hubiera sido perfecto para esta ocasión ponerme alguna tanga.

Me invadía la curiosidad si morito estaba viéndome, así que disimuladamente sin espantarlo hice que sacaba lago de un cajón y al agacharme con el rabillo del ojo pude verlo brevemente sentado en posición de lotto con su mirada clavada ...

... en mi entrepierna, y una de sus manos debajo de su pantalón seguramente masturbándose, o acariciando su verga, eso me calentó aún más, lo dejaba verme abría más las piernas , iba subiendo cada ves mas mi falda y en un punto tomé el elástico de los calzones con las dos manos y lo jalé con fuerza hacia arriba intentando metérmelo en la panocha, no eran lo suficiente pequeño para metérmelos, pero seguramente me la marcaron y le di una mejor vista, mientras trabajaba de ves en ves bajaba mi mano, me acariciaba la panocha, y le daba jaloncitos al calzón.

Este pequeño juego con morito me tenia muy excitada estos días, hasta la mas pequeña insinuación me prendía, amaba esa complicidad de dejarlo ver y tocar sin que se mencione el tema, No sé cuánto tiempo dure así y si sea inminente que alguno de los dos rompa el silencio, pero mientras dure así lo disfrutaré. No niego que en muchas ocasiones estoy a punto de desatarme y pedirle que me penetre. Espero soportar todo el tiempo que esté en mi casa, y seguir con este juego morboso todos los días.

Ya al terminar todos mis pendientes, organizó mis cosas me levanto de la silla y voy directamente a un archivero a guardar unos documentos, que esté justo del otro lado de la oficina frente a mi escritorio, al ir hacia ese lugar volteo a ver a morito que aun estaba bajo el escritorio, y veo como rápidamente se acomoda algo entre las piernas, veo con más atención (teniéndolo de espaldas) estaba guardándose el pene, ¡si¡ lo tenia de fuera ...