Tía consentidora – Mi sobrino duerme en mi cama - Relatos Eróticos

Tía consentidora – Mi sobrino duerme en mi cama

... lo que esperaba de esto?

Era bastante claro que el juego sensual con mi sobrino me excitaba mucho y el pensar que yo complacería todo a mi sobrino, no era pretexto para seguir mis instintos sexuales, ni los de él, también importante ver los riesgos, a estas alturas si seguimos así será inminente una penetración y no podía quedar embarazada (si es que podía) pero no iba a arriesgarme a averiguarlo, También el echo de que es mi sobrino, si fuera cualquier otro hombre adulto no sería problema, Seguir ignorando el tema sin platicarlo con el existe el riesgo que lo comente con sus amigos incluso llegar a oídos de mi hermana, y eso seria desastroso.

Mis opciones eran: Dejar y dar por terminado este juego y comportarme con la tía de siempre, cariñosa y complaciente, pero sin nada de sexo, es seguro que lo notará, pero podrá soportarlo, además ya le di mas de lo que cualquiera de su edad esperaría obtener. Otra opción es: hablar con el claramente, poner reglas y condiciones, hablar sobre lo que estamos haciendo dejarle en claro que no es algo normal, pero si estamos de acuerdo los dos podemos seguir haciéndolo, dejarle claro que no esta permitido la penetración, no está permitido comentar absolutamente a nadie, no tomar fotos ni videos, y si por alguna razón alguien se entera ¡negarlo todo y correr! Jajajaja

Ya más tranquila, despuse de limpiarme dejar de llorar y arreglarme el maquillaje, Sali del baño, morito estaba sentado en el piso recargado en la pared ...

... esperándome, noté en su rostro algo de preocupación, me agache delante de el y le pregunte si estaba bien, a lo que me dijo que si, pero que, si yo estaba bien, le dije que sí, que todo estaba bien q no se preocupara. Seguimos hasta llegar al auto en silencio, subimos y comenzamos el camino, gran parte en silencio los dos, salvo una que otra frase aleatoria.

Llegando a casa llegue directamente a la sala y me senté me recargue arqueando la espalda como si hubiera tenido un día muy pesado, el se sentó en el sillón de un lado y no dejaba de mirarme y agachar la cabeza, sentía que moría por decirme algo, pero no se atrevía.

–¡Que pasa cariño? Estas muy serio

-es que… siento que está molesta tía, no sé qué pasó, pero quiero pedirte disculpas

–¿disculpas porque amor?

-por lo que pasó en tu oficina, me sobre pasé o quizá te lastime o te hice sentir mal, y no quiero que estes molesta conmigo, te prometo que jamás lo aré de nuevo,

–No cariño, no me lastimaste de ninguna forma, y lo que pasó yo lo permití. Así que no es tu culpa

– ¿Entonces tía que es lo que tienes? Me pone muy triste verte así, y no sé qué hacer para solucionarlo, si estamos mal tu y yo no lo podría resistir

–ay cariño, tan hermoso, ven, ven aquí conmigo y abrázame, es lo único que necesito para estar bien.

Morito se acerca a mi y se sienta a mi lado, tímidamente pasa sus brazos por mi cintura y pone su cabeza en mi pecho. Yo igual paso mi brazo por su cintura y con la otra acaricio su cabeza. Me ...