1. Mamá pornoniñera


    Fecha: 30/12/2025, Categorías: No Consentido Autor: elquefolla, Fuente: TodoRelatos

    ... respondió al escueto saludo tímido de la hembra, “¡Hola!”, con otro “¡Hola!”.
    
    ·Deja sobre esa silla el abrigo y el bolso que aquí no te van a hacer falta.
    
    La dijo el viejo a Rosa, observando la fuerza con la que se agarraba a su bolso, y la mujer, aunque la costó obedecerlo, al fin lo hizo.
    
    Finalmente don Braulio abrió una puerta próxima y les enseñó el dormitorio de su chaval, con una enorme cama cuadrada de 2 metros de lado.
    
    ·Aquí es donde se acuesta mi Raulito.
    
    Les dijo y, volviéndose hacia su vástago le dijo:
    
    ·¡Raulito va a ver un poco la tele y luego se va a dormir! ¿Verdad, Raulito, que vas a ser obediente y te vas a dormir cuando te lo diga tu amiga?
    
    El anuncio de don Braulio era, más para que su hijo se diera por enterado, para informar a Rosa, su “amiga”, y Raulito, sí que habló, pero no respondió a la pregunta que su padre le había hecho, y la dirigió directamente a la mujer:
    
    ·¡Ven! ¡Vamos a ver la tele!
    
    La ordenó, dando un par de golpes con una de sus manazas al sofá, justo al lado de donde él estaba medio tumbado, provocando que Rosa casi echara a correr huyendo.
    
    ·Te voy a dejar, Raulito, en una muy buena compañía, que tu madre me espera y ya sabes lo poco que la gusta esperar.
    
    Fue la respuesta de don Braulio que, girándose hacia la puerta, casi empuja a Dioni para salir del cuarto.
    
    Iba a salir también Rosa con ellos, pero el viejo, dirigiéndose a ella, la dijo:
    
    ·¡No hace falta que nos acompañé hasta la puerta!
    
    Por lo que ...
    ... la mujer, inmóvil observó cómo su marido acompañado de su jefe, salía de la vivienda, dejándola a solas con el “niño”.
    
    ·¡Ven! ¡Vamos a ver la tele!
    
    Volvió a escuchar a Raulito, y, girándose asustada hacia él, le vio mirándola expectante.
    
    Pensó Rosa que, si tenía que estar dos horas a solas con el “niño”, era conveniente que se llevara bien con él y manipularle para que se durmiera lo antes posible, sin ocasionarla ningún problema, así que, haciendo de tripas corazón, se atrevió a preguntarle como si se dirigiera a un niño pequeño:
    
    ·¿No tienes sueño, Raulito? ¿No quieres irte a la cama?
    
    ·Primero vemos la tele. Luego vamos a la cama.
    
    Fue la respuesta del “niño” que, a continuación, volvió a dar un par de manotazos al sofá al tiempo que la decía:
    
    ·¡Ven! ¡Vamos a ver la tele!
    
    Dudó la mujer que hacer para no enfadarlo, observando lo infantil que era el programa de dibujos animados que estaba echando en la televisión, por lo que pensó que quizá le había valorado mal a Raulito, quizá era solo un hombre con una mentalidad de niño inocente, pero, al acercarse demasiado, fue el joven el que, estirándose, la cogió de la muñeca, y, de un tirón, la arrojó sobre él.
    
    Chilló Rosa asustada, aterrizando sobre el “niño” que aprovechó para sobarla los muslos, las nalgas y las tetas a través del vestido, mientras se reía con una risa nerviosa.
    
    ·¡Ay … ay … déjame, Raulito, déjame, por favor, déjame que me haces daño!
    
    Se quejó la mujer, intentando que la soltara y, ...
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