1. Mamá pornoniñera


    Fecha: 30/12/2025, Categorías: No Consentido Autor: elquefolla, Fuente: TodoRelatos

    ... cuando lo consiguió, se sentó al lado de él.
    
    Mientras ella se colocaba el vestido, el “niño”, manejando el mando a distancia, cambió de canal, apareciendo una película porno en la televisión.
    
    Los agudos chillidos de placer que emitía una actriz en la película alertaron a Rosa que, levantando la mirada, observó en pantalla una enorme polla negra que entraba al coño depilado de una mujer blanca.
    
    Abriendo sorprendida mucho los ojos, se intentó levantar del sofá, pero una de las enormes manazas del “niño” se puso encima de uno de los muslos de ella, inmovilizándola.
    
    Asustada, no sabía muy bien la mujer qué hacer, así que le dijo, simulando que estaba tranquila:
    
    ·¡Esto no es lo que quiere tu padre que veas, Raulito!
    
    En la pantalla apareció la mujer blanca y ahora también rubia, tumbada bocarriba con sus enormes tetas balanceándose desordenadas, adelante y atrás, al ritmo de las potentes embestidas del negraco que se la estaba beneficiando con una gigantesca polla como un pepino de cinco kilos.
    
    ·¡Quiero verte las tetas!
    
    Alentado por lo que estaba viendo, fue lo que respondió el “niño” en voz alta, llevando rápido sus manos a las tetas de Rosa, apretándolas con fuerza.
    
    Fueron los fuertes estrujones en sus tetas lo que hicieron chillar dolorida a Rosa, e intentó apartarle las manos, chillando:
    
    ·¡Ay … ay … que daño … qué daño!
    
    Logró apartarle las manos, pero, tras una breve pausa, el “niño” volvió a la carga, gritando:
    
    ·¡Quiero verte las ...
    ... tetas!
    
    Estaba ahora la mujer preparada, pero aun así las manos de Raulito se engancharon al escote del vestido, intentando acceder por ahí a los espléndidos senos.
    
    ·¡Ay … ay… qué bruto! ¡Me vas a romper el vestido!
    
    Chilló nuevamente Rosa, logrando una vez más apartarle las manos, pero el “niño” volvió a gritar:
    
    ·¡Quiero verte las tetas!
    
    Y se lanzó nuevamente con sus manos contra las tetas de Rosa, que, al ver que no era posible detener una nueva andanada, le chilló asustada:
    
    ·¡Espera! ¡Espera! ¡Te las enseño yo!
    
    Se detuvo el “niño” expectante y la mujer, levantándose del sofá, se colocó frente a él y se inclinó hacia delante, levantándose la falda y quitándose el vestido por la cabeza.
    
    Pensaba Rosa que, al menos si se lo quitaba, no se lo rompería y siempre se lo podría volver a poner antes de que llegara el padre de la criaturita.
    
    Esta vez Raulito más tranquilo, al verla en bragas y sujetador, solo la volvió a decir sin levantar esta vez la voz:
    
    ·¡Quiero verte las tetas!
    
    Lanzó Rosa el vestido a una silla cercana y, sin atreverse a mirar a Raulito, se soltó el sostén por detrás, quitándoselo y, arrojando la prenda a la misma silla donde reposaba el vestido, le enseñó las tetas.
    
    Alucinado se quedó el joven observando detenidamente las enormes tetas, erguidas y redondas de Rosa y, como sus pezones sonrosados emergían empitonados de areolas negras del tamaño de monedas de dos euros.
    
    Mientras la mujer cruzaba sus brazos detrás de su cabeza para ...
«12...456...14»