1. Mi primera experiencia cruising


    Fecha: 15/08/2017, Categorías: Gays Autor: placerInfinito, Fuente: CuentoRelatos

    Siempre he sido un chico muy curioso en cuanto al sexo y abierto a cualquier cosa que se me presentara. Tuve mi inicio en el sexo a muy temprana edad con el hijo de un amigo de mis padres y siempre que nos veíamos jugábamos. Déjenme presentarme: Soy delgado, fibrado porque practico mucho deporte, 165 cm desde pequeño y con un culo respingón sin ser grande, que incluso ha vuelto loco a algunas mujeres.
    
    Fruto de ese despertar sexual en el mundo gay/bi, empecé a sentir curiosidad por mi culo y en cómo se sentiría el tener algo dentro. Empecé a jugar en la ducha con mis dedos, pero al poco tiempo no fueron suficiente y tuve que buscar otros objetos de uso cotidiano, cada vez más grandes. Me metí en un sex shop lejano a mi zona y me compré mi primer consolador, mi primera y mejor adquisición, un pene de silicona de 5 cm de diámetro por 24 de largo, con la base un poco más ancha. Ese mismo día acabo entero dentro de mí y ahí entendí que ya no había vuelta atrás, lo que empezó con un juego ahora era una realidad peligrosa.
    
    A los 19 años, en unas vacaciones en que toda mi familia trabajaba por estar mi hermano en la universidad, me fui una semana de verano solo a la casa de la playa con mi querido juguete y con ganas de por fin poder sacar la perra que hay en mí. Nada más llegar, saqué mi laptop y empecé a buscar redes sociales gay para hablar con gente y ver que había por allí para iniciarme en relaciones con hombres maduros, que siempre me han ido mayores porque ellos si ...
    ... sabían lo que las putitas necesitamos. No encontré nada, así que imaginarán mi frustración (que resolví con mi querido juguete).
    
    Al siguiente día decidí que no se acababa la semana sin que me follaran, y por lo que me dijo un chico con el que chateé, también pasivo, había lugares como los cines gay pero estaban en ciudades lejanas, pero me introdujo al cruising; sitios públicos donde la gente follaba donde fuera, con quien fuera. Me encantó la idea de follar con desconocidos, donde no tendría que volver a ver, y podría sacar a la verdadera zorra que llevo dentro. Había varios sitios pero leí que el más fiable y donde había más fiesta era una zona detrás de una playa nudista conocida.
    
    El tercer día fui a hacer tener un primer contacto con el lugar, con mi bañador hasta las rodillas, con unas gafas de sol y con el culito bien limpio, en una playa donde había mucha gente y todas ellas desnudas. Me sentía observado por todo el mundo por ser el único allí vestido y me sentía muy cohibido. Al sentarme mirando hacia la zona trasera y a medio camino podía ver bien la parte que me interesaba, miré a mi alrededor y pude observar cómo había hasta un hombre ahí en medio pajeándose disimuladamente, mirando una pareja que se estaba tocando mientras se besaba, increíble, me daban ganas de saltar a ayudarlo ahí mismo. De la cruising zone solo se podía observar una duna, previa a un camino trasero donde la gente que entraba no se veía desde ningún ángulo, que sitio más perfecto. En la duna, ...
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