Jubilados
Fecha: 15/02/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... su habitual aspecto serio, educado, esta maciza albanesa es muy simpática, alegre y vacilona cuando tiene confianza. Pasamos un rato agradable charlando y tomando un refresco —sólo bebe alcohol en fiestas y actos sociales, en los que se muestra como toda una dama, hasta que se pasa de copas y sedesparrama— como siempre que viene a casa. Qué mujer más atractiva en todos los sentidos.
María Reinalda —Maldi, para todos—es una enfermera colombiana que está en los cuarenta años, cuida a varias de las personas de más edad y salud complicada que habitan la urbanización. Vive con su hermana en el cercano pueblo en donde han abierto una clínica podológica, y todos los días hace su recorrido —casi siempre en bicicleta— controlando la situación de sus pacientes. Es amante de Anne, la hermana de Nicole, pero hacea pelo y a pluma, y de vez en cuando se para en mi casa un ratito.
Maldi es muy seria, responsable, profesional, incluso estricta, en el trato con los pacientes, pero es amable, muy simpática y caliente. Me cuenta que ahora tiene una amante joven en el pueblo y que sigue siendo amiga de Anne, por la que siente gran aprecio, que quiere rabo de vez en cuando y no le vale sólo con los consoladores de silicona. Para mí, perfecto.
No es demasiado alta, pero es una mujergrandona, con rasgos propios de mulata clara, atractiva pielcafé con leche, bonito pelo muy negro rizado, crespo, que en ocasiones tiñe de un rubio rabioso o de rojo caoba, ojos oscuros muy grandes, boca ...
... redonda de labios gruesos rojizos, lo que en conjunto le da un rostro atractivo, agradable. Su cuerpo es ancho y fuerte, le sobran algunos quilos, pero a mí me parece que está muy buena, con tetas grandes,caidonas hacia los lados, duras, que parecen dos balas de cañón terminadas en unas areolas marrones muy oscuras, igual que los pezones, redondos y gruesos. Tiene algo de estómago y tripa, pero no le queda mal, y tras unas anchas altas caderas, si se le fijan los quilos de más en algún sitio es en el culo, grande, carnoso, redondo, con una profunda raja que cierra el oscuro ano, grande, arrugado. Un culazo de una vez que se continúa en muslos fuertes y duros y en recias piernas. Su sexo es grande, con los labios anchos, oscuros como los pezones, siempre brillantes, dando sensación de humedad. Se rasura el vello del pubis para que sus amantes se lo coman mejor y más a gusto, pero cuando lo deja crecer es una mata rizada muy poblada, encrespada, de pelo negro y fuerte, como la selva del Amazonas, dice ella.
Se excita simplemente ante la perspectiva de follar. Algunos besos nos hacen entrar en materia antes de desnudarse, siempre vestida con su uniforme blanco de enfermera —utiliza una ropa interior muy sexy, de colores alegres, pequeño tamaño, trasparencias, muchos encajes— y lucirse ante mí. Le gusta mi mirada de deseo, la evidencia de las ganas que tengo de follármela.
—Sabes Marty, voy a seguir tu consejo y vamos a abrir mi hermana y yo una tienda de lencería femenina traída ...