Jubilados
Fecha: 15/02/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... mucho volumen, suele peinarlo en una gruesa trenza. Sus grandes ojos negros parecen carbones encendidos cuando te miran, son verdaderamente turbadores. De nariz recta y boca grande con labios rojizos, gruesos, chupones —en lo primero que piensas es en una mamada— la expresión de su cara es siempre alegre. De cutis perfecto siempre moreno, es muy guapa, de estilo latino dirían hoy en día, pero su cuerpo es verdaderamente impresionante.
Es más bien alta y delgada, pero sus curvas parecen desmentirlo. Su cabeza se sustenta en un cuello fino, elegante, llamativo. Los bonitos hombros redondeados parecen proteger dos tetas que se mantienen altas, gruesas, duras, muy juntas, con un canalillo muy estrecho y pezones de color tostado, gruesos, situados en areolas del mismo color de las del tipogalleta maría. Las veces que la he visto vestida es un verdadero escándalo a pesar de llevar sujetador. No tiene estómago y su tripa es levemente abombada, con un ombligo achinado, grande y bonito. La inmensa mayoría de las mujeres de por aquí se depilan el pubis por completo, pero Gina se complace en llevar algún cordoncillo de vello del grosor de un dedo o lo deja crecer —tiene una mata poblada, rizada, del color del cabello— una temporada para después arreglarlo y dejarse un atractivo pequeño triángulo, como luce ahora mismo. Su sexo es bonito: labios gruesos, abultados, tostados, brillantes, culminados en todo lo alto por el clítoris, moreno, muy visible. Largas piernas estilizadas y ...
... muslos musculados, finos, que parece querer alargar porque siempre calza un poco de tacón, incluso en casa.
La parte trasera del cuerpo de Gina es para gritar de alegría. Su espalda está dibujada como el cuello de un cisne, de manera curvada al comienzo y un metido pronunciado a la altura de la cintura justo al llegar a las rotundas anchas caderas, que engloban un culo un poco grande —maravillosamente grande me parece a mí— redondo, con la piel perfecta, alto, prieto, con una raja muy estrecha y un ano rugoso que apenas se entrevé en la apretada raja. Todos los hombres a los que nos gusta decimos lo mismo: es imposible que tenga cincuenta y cinco años y haya tenido dos hijas. Es perfecta.
—Me alegra verte Martín, no funciona bien la ducha de la piscina, ¿puedes mirarlo?, mis dos hijas vendrán a pasar unos días la próxima semana y siempre están utilizándola, ni pisan la playa
—Yo sí que me alegro de verte. Vamos a verlo ahora mismo
Gina está divorciada de un famoso médico suizo y sus dos hijas también son médicos. Por cierto, ambas han tenido la suerte de parecerse a su madre, son mujeres guapísimas. Decidió jubilarse anticipadamente tras su divorcio —por aquí comentan que le supuso obtener muchos millones porque la clínica ginecológica del marido también era suya al cincuenta por ciento y es una de las más reconocidas en todo el mundo— y venirse a España, idioma que habla muy bien, con un bonito acento, porque pasó cuatro años trabajando en comunidades indígenas de ...