1. Jubilados


    Fecha: 15/02/2019, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... México. Y yo que me alegro, porque Gina es una de las razones que dan ganas de vivir todas las mañanas, verle en la playa, hablar e intentar follar con ella, lo que hasta ahora sólo he conseguido media docena de veces a pesar de mi insistencia y que ella dice que somos buenos amigos y yo le gusto. No es mujer promiscua y tampoco parece tener grandes necesidades sexuales. Es una pena.
    
    La ducha de la piscina está atorada porque la cañería de goma de la parte final está rota. Tiene fácil solución y lo dejo listo en pocos minutos.
    
    —Gracias Martín, ¿me invitas a tomar café esta tarde en tu casa?
    
    Ahora Gina está vestida —es un decir, porque lleva un diminuto bikini azul que parecedesnudar sus curvas— porque a su madre le incomoda que esté desnuda en casa. ¿Qué puedo contestar? Quedamos a eso de las seis de la tarde.
    
    Gina llega a casa desnuda. Qué espectáculo, menos mal que estoy bien del corazón, porque el bamboleo de las tetas y el culo de esta morena es capaz de provocar un infarto al más pintado. Nada más entrar me abraza y nos damos un beso guarro, de deseo. El café se va a enfriar porque nos vamos al dormitorio besándonos sin descansar un momento.
    
    Gina se excita de verdad cuando le como el coño durante un buen rato. Me deja que me caliente con sus tetas, son pura golosina, pero lo que me pide es que use mi lengua arriba y abajo, sin prisa, con mucha saliva, desde lo más alto de la vulva hasta el ano, en un recorrido constante, deteniéndome allí en donde yo ...
    ... quiera, metiendo la puntita de la lengua en la vagina y en el culo, volviendo una y otra vez, repitiendo, cambiando de nuevo de ritmo. Es lo que le gusta, tumbada boca arriba en la cama, con las piernas muy abiertas y los pies bien plantados sobre la sábana, relajada al principio y poniéndose en tensión según pasan los minutos, la boca abierta, los ojos cerrados, predisponiéndose al orgasmo.
    
    No quiero que se corra todavía, así que me subo sobre ella y penetro su coño rápidamente, antes que se dé cuenta y se queje. Suave, caliente, empapado, notando las paredes vaginales en toda la polla, es una follada de calidad de la que disfruto durante muchos minutos al ritmo que más me apetece, hasta que la hembra me requiere de nuevo, con urgencia, para que use mi lengua, mi boca entera.
    
    Lo necesita para correrse y está ansiosa, muy cachonda. Mamarle el clítoris con ganas y dedicación es el pasaporte para el orgasmo de Gina. No tarda demasiado, sujeta mi cabeza con ambas manos, con fuerza, y gime en voz muy baja, largamente, durante los varios minutos que está corriéndose, con altibajos, en un sube y baja de placer, sucediéndose los orgasmos, con mayor y menor intensidad. Se derrumba, como si se desmayara, tras las últimas sensaciones de gusto. A mí no me queda más remedio que terminarme con la mano, eyaculo sobre el cuerpo de la mujer intentando apuntar a sus tetas y quedo a su lado esperando que dé señales de vida tras reposar largamente. Un beso en la boca, unas caricias suaves en ...
«12...678...17»