Jubilados
Fecha: 15/02/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... mi pecho, todo sin decir una palabra, casi a cámara lenta, es el final de la sesión de sexo con la guapa italiana.
Ante mi insistencia de vernos más a menudo para follar, Gina me deja bien claro su parecer:
—Para mí el sexo no es especialmente importante, me gusta, necesito desahogarme de vez en cuando, pero puedo pasar sin ello mucho tiempo. Es una de las razones por las que no tengo pareja estable y lo que me lleva a no ir nunca a las fiestas sexuales que se organizan por aquí. Sé que te gusto, tú a mí también, creo que tú y yo somos amigos, no necesito más. Meentran muchos hombres, siempre he sido consciente que resulto llamativa y apetecible, pero ten la seguridad que cuando quiera sexo lo haré contigo, sabes excitarme, tienes paciencia para hacer lo que me gusta y obtengo un gran placer
Un beso en los labios cierra esta especie deacuerdo entreamigos. No creo que pueda quejarme.
Si algún día estoy especialmente salido y no hay expectativas de meter con ninguna mujer, me voy a hablar con Andrea, compañera alemana del grupo de trabajadores manuales —no se le resiste ningún tipo de motor, sea de lo que sea— siempre dispuesta a darle gusto a un hombre. Como broma dice a menudo que los motores y los hombres se parecen mucho, sólo necesitan que se les dé marcha.
Trabajó muchos años en las fábricas de los automóviles Mercedes y después puso un exitoso taller que vendió para venirse a vivir aquí. Nunca se ha casado —dice que de joven arrastró fama de ser muy ...
... puta— pero jamás le ha faltado una polla, eligiendo siempre ella la que ha querido.
De estatura mediana, pelo castaño que lleva corto, tiene un rostro no especialmente agraciado, aunque con unos ojos azules preciosos. Sus sesenta y dos años le van pasando factura porque tiene las grandes tetas caídas hacia abajo y hacia los lados, la cerveza se nota en un estómago evidente y el culazo ya no es tan duro como fue en su día, pero es una mujer amable, agradable, buena amiga, y unacomepollas fabulosa.
Tras charlar un rato mientras tomamos una cerveza, acaricio suavemente el culo de Andrea y queda claro que quiero sexo. Nos besamos en la boca unas cuantas veces, acaricio sus tetas, me las como mamando los pezones con dureza, tal y como me pide, y es el momento en el que exige que debo extenderle una buena capa de aceite lubricante por el rasurado coño. Hay que hablarle en todo momento, y le gusta cuando uso con ella distintos sinónimos de puta dichos en castellano, se pone cachonda. A partir de ese momento ella es la que manda, se apodera de mi polla, de los huevos, y les da una marcha increíble, primero con las manos, después con la lengua y los labios y al rato con toda la boca. Yo acaricio su sexo suavemente durante todo el tiempo.
La mamada que me hace es cojonuda. Durante muchos minutos mi capullo recibe el mejor trato, suave pero duro, mientras una de sus manos mantiene un sube y baja constante en el tronco y la otra va pasando de los testículos al culo y viceversa. Qué ...