1. Estoy embarazada


    Fecha: 16/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos

    Estoy convencida de que esto fue consecuencia de la miseria, de las pocas oportunidades que a veces te ofrece la vida, de vivir en una casa muy pequeña, con un solo cuarto que se convierte en cocina, sala y dormitorio a la vez, sí es que esto fuera posible, donde con muchos problemas se puede acomodar solo una cama matrimonial, donde a pesar de no ser ni higiénico ni conveniente, me vi obligada a dormir en compañía de mi hijo, debo comentarles que soy madre soltera y he debido luchar con todas mis fuerzas para sostener a mi hijo, ya que su padre ni siquiera sé dónde se encuentra, siempre miré y aborrecí las condiciones en que la vida me ha obligado a vivir.
    
    Sabía que mi hijo tarde o temprano crecería y con él, sus necesidades, siendo él pequeño realmente no tuve problema, su natural inocencia no me causaba ninguna incomodidad, sin embargo, ahora, a su edad, moreno claro, como de 1.70 o tal vez más. Delgado, pero dueño de unos músculos bien marcados por el ejercicio, producto de mucho tiempo metido en el gimnasio, soy muy joven, lo digo porque muchas madres que conozco y tienen un muchacho de la edad del mío, son bastante mayores que yo, casi han alcanzado los 40, en cambio yo tengo 32 años, la naturaleza no se portó generosa conmigo y lo admito, en realidad no tan guapa, pero no espanto, atractiva sí, soy blanca, cabello castaño medio, bajita, muy delgada, senos y pompas grandes eso sí, causantes de suspiros y deseos de más de uno.
    
    Todo parecía transcurrir de ...
    ... manera normal, cuando menos, mientras que él era muy pequeño, me desvestía frente a él porque era un niño y consideraba que no podía verme con maldad, la verdad creo que eso nunca lo sabré. Conforme fue creciendo, consideré prudente desnudarme después de apagar la luz sin que ocurriera nada extraño, aun ahora busca acomodarse en la cama lejos de mí, en ocasiones cuando hace frio, yo soy quien me he acercado a él buscando su calor, confieso que de pronto me he sentido un poco inquieta.
    
    Quizá mi soledad y falta de intimidad con un hombre me hace sentir inquieta por la presencia de mi hijo en mi lecho, no obstante, estoy muy consciente del lazo que nos une. Sin embargo, lo que les voy a contar es algo que escapó de ese granítico control que creí tener. Después de convivir con nuestra familia, mi hijo y yo regresamos a casa, no es mi costumbre beber, pero estuve tan contenta que mis hermanos me convencieron de tomar algunas copas. No pretendo culpar a nadie, ni hermanos, ni siquiera al alcohol, porque además no estaba borracha, solo recuerdo que la euforia de lo que había bebido revivió en mi a la mujer ardiente que dormía en mis adentros, todavía no sé porque lo hice.
    
    Había demasiada familiaridad con él, quizá mal desinhibida, comencé a desnudarme delante de mi hijo sin apagar la luz. Me sentí complacida y excitada al observar a mi hijo, como me miraba con sus ojos muy abiertos, recostado, pues él se había adelantado, cubierto hasta la cintura con sus pectorales firmes, ...
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