Manuela (04)
Fecha: 18/02/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Como he salido con prisa de Zaragoza la verdad es que tengo hambre y ganas de estar tranquilo y descansado. Tomo el desvío hacia Soria con ánimo de cenar y dormir en el Parador.
La lluvia y el frío no cesan, por lo que salgo rápidamente del coche, resbalo y entro en el hotel como un torbellino, tropiezo con uno de los escalones de la entrada y voy a chocar contra las personas que están junto al mostrador de recepción. Una señora cae al suelo con un gritito de sorpresa, una joven suelta un taco a mí dirigido y un señor mira todo con cara de asombro mientras intenta recoger el sombrero que le he tirado al suelo, mientras yo, que sigo en pie y sin daño alguno, empiezo a disculparme atropelladamente: "cuánto lo siento, perdón; he resbalado por el agua, deje que le ayude, señora, por favor, ...".
Un minuto después estamos riendo y haciendo las presentaciones: el catedrático Rovira, de Barcelona, su señora e hija. Están en Soria en un congreso sobre Antonio Machado. Consigo habitación y les invito a cenar a modo de desagravio por el empujón. Personas educadas, de buen comer y mejor beber, hacen que la cena se convierta en una agradable velada que vamos alargando a base de copas.
El señor catedrático no tiene demasiado aguante y es necesario llevarle a acostar a eso de las dos de la mañana mientras intentamos que no cante Els Segadors a voz en grito.
Hasta en los Paradores de turismo fallan los ascensores cuando hay apagón general. Entre la segunda y tercera planta ...
... nos quedamos a oscuras con el catedrático felizmente amodorrado cantando en voz baja y esperando que nos saquen los empleados ("la avería es grave, hacemos todo lo posible, estén tranquilos, ...").
Alguna de las dos mujeres ha decidido que se aburre y en la absoluta oscuridad se lanza a por mis huevos con ganas. Me coge como si me fuera a escapar y empieza a masajearme por encima del pantalón, con prisa y mano experta.
Me da morbillo imaginarme quién será: ¿la madre, teñida de rubio, cuarentona de buen ver o la hija veinteañera, morena de pelo muy muy corto?. Lo mismo me da, quien sea me está poniendo muy burro mientras intento mantener la compostura.
La avería se alarga y mi polla también. Sin encomendarme a nada ni a nadie, agarro con fuerza el culo grande y acogedor de la madre con la mano derecha y el culo duro y prieto de la hija (las dos se llaman Montse) con la mano izquierda. Aprieto y masajeo con ganas con las dos manos. Ninguna se queja, mientras la mano que acaricia y aprieta mi cipote se muestra tremendamente hábil en masturbar por encima del pantalón. Como no pare ....
Se hizo la luz. Empezamos a subir de nuevo y mi polla queda, lamentablemente, liberada.
El catedrático Rovira se anima por el pasillo y exige que el Parador nos invite a cava para que nos olvidemos de la avería del ascensor, lo que acepta un diligente empleado que nos remite dos botellas de champán francés ("mucho mejor el cava, se lo digo yo que soy catalán") frío y listo para ...