Manuela (04)
Fecha: 18/02/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... catedrático Rovira es pesado como él solo. Habla, habla, habla y no para; menos mal que su mujer está al quite: "cariño no atosigues a Luis. Anda que se hace tarde para el congreso. Tu hija y yo procuraremos que no se aburra este joven". Y lo dice mirándome come las leonas miran a las gacelas a la hora de salir de caza.
Son las cinco de la tarde, hora taurina que a mí nunca me ha dicho nada, pero me parece que el torero tengo que ser yo ahora. Las dos Montses están desnudas y a pesar de que es todo un magnífico espectáculo (y de sus besos y caricias) mi pene sigue sin dar señales de vida.
Montse madre me mira como con hambre, se arrodilla y empieza a hacerme la más larga y mejor chupada que hasta hoy he conocido. No tiene lengua, tiene una serpiente que se enrosca, sube, baja, entra, sale, acaricia, aprieta y, sobre todo, es eficaz. Me la levanta con poderío tras muchos minutos de intenso trabajo.
Montse hija me tumba en la cama y sube rauda sobre mi rabo. Suave, caliente, mojado y muy estrechito; una polla se siente como en casa en un chochete como el de la chica.
Montse madre pasa sus manos por todo mi cuerpo, apretando y pellizcando sin parar, lo que ...
... me excita todavía más. El sube y baja de la hija es efectivo y se corre con profusión de gritos, suspiros y soltando un río de jugos vaginales.
La madre sustituye a Montsita sentándose sobre el cipote mirando hacia mis pies. Desde mi posición veo un culo inmenso que sube y baja lentamente, sin ninguna prisa, recreándose en el folleteo.
De repente parece que tengo problemas de erección. "Montsita, hija, colabora un poco. Métele un dedo en el culo y juega con él para que no se le baje a Luis".
La joven introduce el dedo con fuerza en mi ojete y lo mueve y retuerce con ganas. El masaje brusco parece efectivo y durante unos minutos más la madre sube y baja con rapidez hasta que se corre dando un par de suaves resoplidos al mismo tiempo que suelta todos sus jugos (¿será un tipo de eyaculación o es una meada?) y yo me corro con una cierta desesperación por descansar.
Me duermo hasta que suena el teléfono: "amigo Luis, aquí Rovira. Le esperamos en el bar para cenar y tomar unas copas; no tarde, collons".
Son más de las doce de la noche y llevo una hora conduciendo camino de Madrid. Tras pagar la cuenta he salido por la puerta trasera. Vale ya de familia Rovira.