1. (5) Desorden


    Fecha: 18/02/2019, Categorías: Transexuales Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... entrada una recepcionista que ni nos miró, entramos en el ascensor, momento que aprovechó para examinar el mordisco.
    
    - ¿Qué le dirás?
    
    - Que es una apuesta, suponte si llevara tatuajes.
    
    - Entonces no estarías aquí, está demostrado que envenena la sangre despacio y la piel del dibujo se muere lentamente.
    
    Llegamos a una sala circular con varias ventanas, pero nos detuvo una mujer que llevaba una Tablet en la mano, me dijo que la siguiera y con un leve gesto me despedí de la emo.
    
    Salimos por otra puerta, un pasillo con ventanas al lado este llegando a una sala con cuatro puertas de diferentes colores, de su bolsillo sacó un sobre y me lo tendió.
    
    - Es la cifra acordada ¿quieres contarlo?
    
    - ¿Dónde está la emo?
    
    - Es pasado, olvídala, ha cruzado la frontera prohibida.
    
    - No lo es, aquí estoy debido a sus palabras, me negaba y ella me ha convencido, no entiendo la justicia de este sitio.
    
    - Te convenció el dinero, seamos claros.
    
    Me rectificó midiendo las palabras.
    
    - Cumple el acuerdo, siembra a la mayor de las dos, mañana será el turno de la menor. Tu habitación tiene la puerta de color azul, tienes otra salida que da al lado de la zona de esparcimiento, hay de todo.
    
    Se acercó hasta mí, pegó su nariz a mi ropa, parecía una perra le faltó olisquearme el culo.
    
    - Hueles, hueles – Pensaba mirando al techo – Hueles bien, tal y como dijo, hueles a mujer, pero que muy bien.
    
    Sus mejillas se habían coloreado, y dándome la espalda se alejó, pero ...
    ... antes de salir al pasillo se volvió mirándome, tenía una sonrisa boba en su boca, yo sabía que desprendía olor a sexo, pero ella no lo dijo, supuse una buena tía sin remilgos de ninguna clase.
    
    Y este detalle no era por accidente, la emo me había dado una pista y ya la había aprovechado y ahora utilizado.
    
    Abrí la puerta, todo oscuro, miré la llave y fui a encender la luz, pero…
    
    - Por favor no enciendas la luz, es el acuerdo y ya no debo hablar más, Hermética dijo de debemos ser desconocidos y la voz es reconocible.
    
    Me dejó sorprendido, su tono de voz me lo dijo todo, esposa sumisa y su padre un anticuado macho ibérico. Decidí no jugar la carta de lo que mi cuerpo desprendía.
    
    - Me voy a dar una ducha rápida, no tardo.
    
    - No tienes tiempo, piensa que estoy muy nerviosa por la situación, hazlo deprisa, insemíname cuanto antes, estoy muy apurada por la situación.
    
    Mejor para ella, me desnudé deprisa y a tientas llegué a la cama guiándome por su voz. Entré en la cama, ella estaba tapada, aparté la ropa, ella no opuso resistencia, estaba desnuda y muy tensa, mal rollo, podía traumático para ella. Le hable al odio muy bajito.
    
    - Debes relajarte un poco, no voy hacerte daño, será como tú digas, solo tienes que dejar que ponga una almohada debajo de tus nalgas y que separes la rodillas, del resto me encargo yo.
    
    - Eso no me dice que no me harás daño.
    
    Dijo e con voz casi inaudible.
    
    - Confía en mí, un ruego, necesito que me dejes probar tu sabor.
    
    Esto es una ...
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