(5) Desorden
Fecha: 18/02/2019,
Categorías:
Transexuales
Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos
... achacaban que no comía devoraba y que las cenas copiosas tienen esa respuesta, estaban totalmente equivocados, mis padres me hicieron pasar hambre y las pesadillas no cesaron.
- Eras otro ser, no me hiciste daño, parecías recorrer mi cuerpo en busca de algo, y de vez en cuando metías tu boca en la mía, me la secabas, te bebías mi saliva, y seguías haciéndome cosas que me producían un gusto extraño, y sí, he de reconocer que poco después de dormirte, me dormí yo, y me di cuenta que desperté con una sonrisa en los labios.
Tú dormías con la misma postura y seguías entre mis piernas, tuve que hacer juegos malabares para no despertarte, y sentí cierto gustillo en el vientre cuando me puse en pie, tenía agujetas por separar tanto las piernas y que aún lo siento.
Te miré pensando y decidí dejar dormir a la bestia que me había poseído en la madrugada. En la ducha reviví ciertos momentos ya que tengo la parte interna de los muslos enrojecidos, era normal debido a lo que tardó en terminar, parecía prolongar algo ya que babeaba, supuse de gusto y me hizo sentirme muy bien, le estaba proporcionando placer, por eso refrené su fuerza.
- Entiendo que tus ...
... tabúes han desaparecido.
- Algo así, me noto diferente, pero hay un problema, además muy serio, estoy pensando en echar de mi lado a ese cabrón de mierda, ese tipejo no me tocará nunca más, no quiero que enfangue lo que siento, se han borrado esas torturas con ese borracho de mierda, que solo lo intentaba cuando bebía, nada comparable con lo que nos envolvió en la madrugada y he decidido comprarte, voy hacer una oferta a Hermética.
No pude menos que reírme por lo bajinis, ella hizo lo mismo.
- Divórciate, si tu padre es tan importante no dudo que tengas problemas, pero inténtalo.
- ¿Y ahora qué?
Preguntó gastando la sonrisa.
- Debemos seguir con nuestras vidas.
- No es tan fácil, yo quiero a ese ser, quiero tenerle a mi lado, para poder situarle entre mis piernas, reclamo a ese ser que no eres tú, que ha resucitado a la mujer que moría en mí.
Tú no te ves, pero ese ser tenía la pupila dilatada al máximo, asustaba su mirada, me hipnotizaba haciéndome sentir sensaciones indescriptibles y no me importó que monstruo me poseyera con tanta fuerza.
Lo que no dejaba de sorprenderme fue la sonrisa que tenía, ya que iluminaba su rostro.