1. Historia del chip 004 - Daphne 002


    Fecha: 25/02/2019, Categorías: Confesiones Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... el movimiento pendular de sus posaderas. Cuando llegó a la planta baja, había encontrado una solución de compromiso. Llevar las nalgas más hacia arriba y hacia atrás para impedir que a la vuelta el tejido se quedase bloqueado. Sin siquiera fijarse en quién pudiera haber por allí, siguió escalando peldaños. Al llegar arriba había empezado a sudar. Se quedó quieta para coger resuello y permitir a pechos y nalgas recuperar algo de frescor. Los pies se quejaron. La presión constante, —cuando dejaba de moverse—, les soliviantaba.
    
    No esperó más y comenzó a caminar de nuevo. Su clase estaba justo enfrente de la escalera. Golpeó con los nudillos a la puerta. No pudo evitar pensar en el hueco para la inexistente puerta enfrente de su taquilla.Aquí si hay puerta. Esperó a que le diesen permiso para entrar mientras el calor recordaba a sus pies lo malo que era quedarse quieta.
    
    —¡Adelante! — oyó aliviada. Puso una sonrisa en su boca. Cuidando de aparentar confianza, Daphne entró. Junto a la puerta se hallaba otra mujer despampanante, más si cabe que Louise. Que el jefe de recursos humanos era un hombre no podía resultar más evidente.
    
    —Señorita Hamilton. ¡Qué alegría verla! Estábamos realmente preocupados por su pequeño contratiempo... Chicas, saludad a Daphne Hamilton. Daphne H4.
    
    Sin darle tiempo a mirar a sus compañeras de clase, cogió su mano y la condujo hacia una mesa. Todas estaban apiñadas en torno a otra, circular y baja.
    
    —Yo soy Miss Marple. Siéntate aquí ...
    ... conmigo.
    
    Daphne obedeció sin pensar. El vestido se subió en cuanto comenzó a agacharse. Notó parte del culo desnudo apretar las vetas de la madera, que sintió rugosas. No estaban tratadas. Por otra parte, el ardor en las zonas cubiertas de su cuerpo era insoportable. Por suerte, los pies se relajaron. Le hubiera gustado corregir el vestido, pero no sabía cómo hacerlo sin que se notase demasiado.
    
    —Eres realmente preciosa, querida. Verás como en esta escuela sacaremos partido a tu belleza— dijo su profesora, en lo que parecía un piropo genuino.
    
    Daphne aprovechó para mirar alrededor. Sus compañeras eran todas excelsas. Pieles perfectas, piernas infinitas. Caras seductoras. Otra vez se sintió abrumada. Miss Marple adivinó que estaba pensando.
    
    —No se compare con ellas, Daphne H4. Usted es unanatural. Los hombres harán cola por sus huesos.
    
    Se oyeron unas risas. Al final pareció que todo el mundo se reía, de ella o con ella. Daphne se sintió estafada. La mayor parte de las chicas llevaban atuendos cómodos y zapatos mucho menos altos que los suyos. Veía cuerpos embutidos en algodón o lino tratado. Había alguna que otra chica con un vestido extravagante, pero nada tan exiguo o manifiestamente corto e incómodo.
    
    —Bien, querida. Ha llegado justo a tiempo. Estaba explicándoles a sus compañeras cómo comportarse en una pasarela. Antes de explicarle las pautas, me gustaría que se levantase, subiese a esta mesa y caminara durante unos minutos.
    
    Miss Marple lo solicitó sin dar a ...
«1234...»