Historia del chip 004 - Daphne 002
Fecha: 25/02/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
... entender que fuese algo peculiar, estrambótico o extravagante. Todo el mundo la estaba mirando. Se levantó y con toda la velocidad que pudo se bajó la falda, aún a sabiendas que durante un instante la parte inferior de sus nalgas habían quedado descubiertas.
No sabía cómo subir a la mesa. Era baja pero no tanto como para levantar la pierna y pegar un salto. Y menos con su vestido. Mientras dialogaba consigo mismo, los pies empezaron a arder, los centenares de minúsculas agujas solicitando reconocimiento. Daphne empezó a caminar de manera natural alrededor de la mesa. Sin darse cuenta, expuso su cuerpo desde todos los ángulos a cada una de sus compañeras de clase.
—No sé cómo subir, Miss Marple—, reconoció Daphne sin dejar de caminar. Una chica se ofreció.
—Yo te ayudaré.
Cogió una silla y la colocó junto a la mesa, así como un banquillo que trajo desde el fondo. Daphne comprendió lo que quería hacer. Hubiera sido fácil con unos vaqueros y una blusa, más unas cómodas bambas. Con su vestido y sus tacones, lo más probable es que se diese un costalazo. La chica pareció comprender sus reticencias.
—No te preocupes, es mejor hacerlo de un tirón— recalcó mientras le ofrecía su mano.
Daphne no tuvo más remedio que aceptar el ofrecimiento aunque todo su ser le decía que una piscina sin agua ofrecía menos peligro. Sin mirar a nadie levantó el pie derecho hasta el banquillo. La pierna desnuda prosiguió el movimiento. Luego la cadera. Daphne no necesitaba el aire ...
... fresco en la nalga para saber que la falda se había alzado. No tenía tiempo para remilgos. Llevó la otra pierna hacia delante y efectuó un movimiento similar. Aún a riesgo de perder el equilibrio fue bajando la falda o al menos impidiendo que subiera. Sólo tenía una mano libre, rezando que fuera suficiente. Las sensaciones que había percibido en la escalera se multiplicaron. Y esta vez había espectadores. El ardor en los pezones no sirvió de ayuda para concentrarse en la tarea. Volvió a elevar la pierna derecha y llegó a la mesa. Un paso más y estaba encima. Ya había soltado la mano de la compasiva chica. Dio un tirón a su vestido hacia abajo cuando recordó que los pechos podrían salirse y rectificó justo a tiempo. No quiso quedarse quieta, sobre todo porque sabía que sus pies protestarían sin demora. Pero moviéndose, se quejarían los pechos y las nalgas.
Lo peor era es que se sentía excitada. Sus pies estaban a la altura de los ojos de sus compañeras. Los humillantes tacones podían ser calibrados. Las piernas evaluadas sin ni siquiera elevar los ojos. Estas mujeres habían recibido un tratamiento definitivo. Nunca volvería a crecerle pelo en las piernas, Sus amantes acariciarían unas extremidades sedosas y sin mácula. Por lo que había podido observar alguna había transformado las piernas hasta convertirlas en objetos esculturales, las habían transformado en columnas curvilíneas, predispuestas al ojo masculino. Por su parte, ella tenía que hacer ejercicio continuamente para que ...