Dani, primera parte
Fecha: 26/02/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... solía ser desagradable para las chicas, porque no lo hacían con alguien con experiencia, pero las que elegían bien a su primer amante, también podían encontrar en esa señalada ocasión una experiencia muy placentera.
Yo le pregunté por su primera experiencia sexual. Me miró un poco sorprendido y dijo que tuvo una iniciación tardía, a los 17 años.
Me dijo: "con lo sexy que eres podrías tener a cualquier chico de tu escuela".
"No lo creo". Contesté riendo nerviosa.
Se levantó y me dijo: "Sígueme." mientras tomaba me tomaba de la mano y me llevaba al baño. Se paró a mi lado frente al espejo y me dijo :
"Mírate Tienes el pelo más hermoso que jamás se haya visto". Su mano se deslizaba por mi cabello. "Mírate esos preciosos ojos. No he visto una mirada más sensual en mi vida. Tu nariz es perfectamente proporcionada, pequeña e insinuante. El labio superior está perfectamente proporcionado y descansa tan elegante en el labio inferior que hay que contenerse para no besarte. La piel de debajo de tu naricita es como una lágrima con el labio elevándose a ambos lados, labios jóvenes y rollizos, infinitamente sensuales".
Dani se mojó un dedo en su boca y levemente rozó con la yema mojada mis labios. Sentí un escalofrío por todo mi cuerpo. Pero me quedé allí, sin reaccionar, observándome a mí misma de una manera nueva. Todo lo que dijo sobre mi cara fue cierto. Él continuó;
"Quítate ese chaleco de invierno, comienza a hacer calor".
Era cierto, la calefacción había ...
... subido mucho la temperatura y mis mejillas, con la marihuana, el ron y el calor parecían arderme.
"¡No voy a atacarte!" dijo, y ambos nos reímos Me lo quité lo dejé caer en el suelo. Él dijo; "Mira tu torso". Pude sentir mis senos prietos por la situación. Llevaba un sujetador de gasa muy delgada.
"Recuerdo que hace dos años no tenías nada de pecho” escondí la mirada avergonzada al escuchar aquello. “Pero mírate ahora cómo has cambiado".
Miré su rostro en el espejo. Sus ojos estaban fijos como dardos en mis pezones atravesando la transparencia del sujetador. Mis dos botones se pusieron tiesos. Yo temía que Dani los tocara, pero no lo hizo. Sentí su ingle contra mi cadera derecha y me provocó un escalofrío en las piernas. Posó sus manos en mi cintura de pie detrás de mí,
"No tienes un gramo de grasa en tu cuerpo y cualquier chico se sentiría orgulloso de tenerme en sus brazos". Sentí un volumen desconocido contra mi trasero, sus ojos todavía estaban en mis tetillas. Me sentí flojear como una muñeca de trapo. Toda la admiración y el atractivo que había sentido de niña por él se hicieron presentes en mi cerebro. Dani se apartó y abrió los grifos del agua en la bañera de Jacuzzi, poniendo su mano para graduar la temperatura.
"Apetece un jacuzzi caliente. ¿Quieres?"
"No, no lo creo" fue mi respuesta.
Caminamos hacia la sala de estar. Pero Dani me detuvo en el pasillo por los hombros.
"Venga vamos. No seas tonta".
"¡De ninguna manera! Mi madre me mataría y ...