1. El juguete preferido


    Fecha: 16/08/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos

    ... embargo, mamita era muy escandalosa después supe que era al llegar su orgasmo. En cambio, hubo otras noches que no fueron tan quietas. La percatarme que ya se encontraba en su dormitorio quedamente salía a hurtadillas y les espiaba en el umbral de su dormitorio. No tuve tiempo de sorprenderme, mamá me daba sorpresa tras sorpresa, así que el que el acompañante fuera diferente fue como algo natural para mí. Por ello mismo, cuando mama se estableció solo con el señor Pedro. Me desconcertó. Sobre todo, porque era bastante más viejo que ella. Tiempo después nos mudamos al apartamento de don Pedro una casa bastante bonita y agradable. Solo cargamos con los enseres, y el coche de mi Mamita, sus ropas, las ropas mías y mis juguetes. Ella estaba la mayoría del tiempo en casa ahora sólo salía por las tardes con el señor Pedro. Dos, o vez tres veces al mes. Comían en casa y yo era enviado a tomar un baño e irme a la cama, mientras ellos pasaban la noche juntos.
    
    El Sr. Pedro era muy amable conmigo y eso me gusto bastante. Él parecía más mi abuelo que mi padrastro, pero nunca se lo dije. Excepto porque él se acostaba con mi mamita, no ocurría nada inusual en absoluto. Dora, estaba feliz con su nueva vida, al lado del señor Pedro. A ella no le gustaba vivir como una prostituta, y mucho menos los hombres imprevisibles con los que algunas veces se encontraba. Ella era una puta, una concubina, pero don Pedro siempre la trató de manera amable, mostrando siempre un apetito lascivo por ella ...
    ... y que a Dora le vino muy bien. Solo que dos o tres veces al mes era muy poco para su enorme apetito sexual, un apetito que bien sació cuando se mostraba como una prostituta activa. En verdad es difícil comprender la actitud de mamita, cosa que considero imposible. Después de varios meses soportando las escasas sesiones con don Pedro, mamita se vio se vio superada por sus instintos. Ese día mamita bebió unas copas antes de mandarme a dormir, como ya era usual. Después descubrí que tenía una cita con el señor “dildo” permaneció en la sala sola, don Pedro dormía en la habitación que compartían. Como otras ocasiones fue a mi habitación a confirmar que estuviese dormido, Sigilosamente como ya era mi costumbre me levanté de mi cama, y me dirigí a la sala a observar que hacía mi mamita, igual que muchas otras ocasiones, encontré a mamita con su juguete favorito. Un enorme e increíble dildo encima de su panochita. Lo veía con mirada ansiosa, glotona. Confiada en su solitaria estancia musitó:
    
    —oh, lo había prometido no volverlo hacer, pero en realidad me es imprescindible, siento pena, pero será solo esta vez, vamos “Jorgito” hazme feliz.
    
    Mamita lo apunto en su entrepierna y lo empujo con decisión, hasta desaparecer el enorme consolador. Mantenía sus pies separados en la orilla del sofá, permitiendo que mirara como se ofrendaba desesperada, sacudiendo con fuerza sus caderas y cerrando sus ojos en delirio. Eran ya, demasiadas escenas de esas que había observado, sin atreverme a ...
«1234...10»