1. Acoso en el Metro


    Fecha: 02/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: demoblan, Fuente: CuentoRelatos

    ... ruido.
    
    Así, mientras me estaban follando, descolgué el teléfono y hablé con mi mujer.
    
    —Hola cariño, ¿qué tal, como llevas el turno?
    
    —Uf, es un no parar. Las urgencias están a tope. Y tú, ¿qué tal?
    
    —Pues estoy aquí, viendo la tele.
    
    —Otra vez igual, te tengo dicho que no te quedes toda la noche en casa mientras estoy trabajando, deberías de buscar un amigo. No tienes amigos y estás siempre solo.
    
    —Sí creo, que tienes razón. Creo que debería buscar un amigo. De hecho, he conocido a alguien de camino al trabajo, y creo que podemos hacer muy buenas migas.
    
    —Claro que si cariño. Seguro que un amigo así es lo que necesitas.
    
    —siiii…. yo también estoy convencido… eso es lo que necesito.
    
    Note que mi amante había dejado de metérmela y se había parado. Tape el micrófono del teléfono para que mi mujer no me oyera.
    
    —¿qué haces? No pares y sigue follándome.
    
    Entonces sus embestidas fueron mayores. Su polla se metía entera dentro de mi culo, mientras yo hacía lo posible por no gritar. Y entre tanto mi mujer seguía hablándome por el teléfono sin parar.
    
    —Bueno cariño, me despido ya de ti.
    
    —siii…
    
    —Luego nos vemos en casa.
    
    —Siii...
    
    —Te quiero
    
    —Siii…. y yo…
    
    Y mi mujer colgó su teléfono.
    
    —si… fóllame… fóllame... métemela… metemelaaaa... ...
    ... ¡aaahhh!!!
    
    —siiii… ¡toma polla! .... ¡toma polla! ... aaaagghh…
    
    Yo estaba empapado y a él las gotas de sudor le recorrían el rostro. Entonces dejo de follarme, se paró con la polla metida dentro de mi culo. Cogió mi polla, la masturbo y enseguida salió disparado un montón de semen, que le puso la mano totalmente pringada de mi leche. Después me la acercó a la boca.
    
    —Toma, quiero que la primera leche que pruebes sea la tuya. Cómetela.
    
    Le obedecí sin rechistar. Metió sus dedos en mi boca y pude comprobar el sabor de mi leche. Me la trague toda.
    
    —Muy bien... así… otro día probarás la mía… y otras muchas. Esto es solo el comienzo.
    
    Seguidamente, me dio un par de embestidas más y note como su leche inundaba mi culo por dentro. Por el tiempo y los espasmos que daba soltó una buena cantidad. Luego los dos quedamos rendidos tumbados en la cama. Nos besamos y nuestras lenguas jugaron juntas, mientras notaba como su semen iba saliendo de mi culo.
    
    —Por cierto, me llamo Rodrigo —me dijo.
    
    —Encantado Rodrigo, ha sido un placer, un auténtico placer.
    
    Al poco tiempo me vestí y me dirigí hacia el metro para volver a casa. El polvo con Rodrigo había sido fabuloso, y no me arrepentía en absoluto de haber follado con él. Había sido una experiencia única e inolvidable.
    
    [email protected] 
«12345»