1. Lo que pudo pasar, pasó


    Fecha: 03/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: tambienmeape, Fuente: RelatosEróticos

    ... vez era algo distinto de cómo lo hacía yo. Así era como se lo hacia ella, frotándose rápidamente hacia arriba y hacia abajo y metiendo los dedos un poco en cada envite. Eso es lo que siente ella cuando se lo hace. Entonces, al pensar en eso, me fui en un orgasmo profundo e intenso.
    
    Pero no quería parar. Quería más. Más. Mucho más. Y sin pensármelo metí mi mano directamente dentro de su pantalón y sus braguitas. Estaba completamente depilada y era muy suave y sensual, delicioso. Estaba realmente húmeda, empapada. Siempre me pregunte como seria hacérselo a otra chica, solo el hecho de pensarlo ya me excitaba . Estaba caliente, mojado y caliente. Busque rápidamente su clítoris y empecé a dar vueltas alrededor como yo lo hago, bajando a veces a tomar más humedad e introducir un poco algún dedo. Ahora ella va a sentir como lo hago yo. Eso volvió a excitarme muchísimo. Ella estaba como loca haciéndomelo a mí mientras me sujetaba el trasero con firmeza y paseaba su lengua por todo mi cuello alocadamente. Entonces se acercó a mi oído y me susurro “¿nunca has soñado con poder chupártelo tu misma?....” . Solamente esa pregunta hizo que me pusiera tan cachonda que estuve a punto de correrme. Estaba claro que podía adivinarme cada deseo porque ella tenía los mismos que yo. Entonces se arrodillo delante mía y abriéndome las piernas empezó a lamerme de abajo hacia arriba rozándolo todo a su paso. Con mucha delicadeza metió dos de sus dedos y empezó a moverlos rítmicamente mientras con ...
    ... su boca sobre mi clítoris me lo besaba como si me besara en le boca. Entonces sentí como Magnus me abrazó por detrás y note su duro miembro hacerse un hueco entre mis nalgas mientras me besaba apasionadamente el cuello y deslizaba sus manos sobre mis pechos. Estaba al borde del colapso de placer. Cogí el durísimo pene de mi chico con una mano y empecé a frotarlo dentro de mi culo mientras sentía como una muy habilidosa lengua me hacia la mejor mamada de mi vida mientras me metía ya casi cuatro dedos. No había un centímetro de mi piel que no fuera acariciado, besado o lamido. Los orgasmos se repetían como el final de un gran concierto sin fin. Entonces mi lengua me pidió más atención. Me apetecía realmente hacerlo a mi. Me apetecía chupar y lamer. Había fantaseado tantas veces con hacérmelo a mi misma que ahora ansiaba probarlo. Levante a Silvia y sin dejar de besarla ni acariciarla la tumbé en el sofá. Me incliné suavemente sobre ella cuando ella se giró y dejo su cabeza a la altura de mi entrepierna. No quería dejar de mamármelo. Le gustaba, la ponía, la excitaba y eso me encantaba a mí. Me iba a montar un sesenta y nueve con otra tía. Debía ser como chupármelo a mí misma, pero mejor. Delante de mí veía su depilada rajita. Estaba húmeda y en ese momento me pareció deliciosa. Entonces noté como ella volvía a las andadas. Su lengua se paseaba por mis labios y mi clítoris como loca. Metiendo un poco la punta y jugando fuera después. Sus manos me recorrían el culete sujetándolo y ...