1. Lo que pudo pasar, pasó


    Fecha: 03/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: tambienmeape, Fuente: RelatosEróticos

    ... hacer lo mismo. Me excitaba cada vez más al pensar que la piel que estaba rozando con mi lengua era de otra chica y entonces fue cuando me abandoné al deseo.
    
    Silvia recorrió por encima de mi ropa mis caderas y con un suave giro, como un camino del deseo ya premeditado las llevo hasta mi culo donde apretó con fuerza haciéndome morderle el cuello por la excitación que me provocó. Yo no pude resistirme y mis manos empezaron a explorar su delicioso cuerpo debajo de su ropa y puse mis manos sobre sus pechos. Noté los pezones erizados por el deseo bajo la tela y no frené la tentación de meter suave y lentamente una mano para acariciarlos. Entonces ella, delicadamente y sin dejar de besarme el cuello, empezó a desabrocharme los botones de mi traje, y con cada botón que desabrochaba sus labios y su lengua iban un poco más abajo. Yo, que ya estaba realmente cachonda, sentía las palpitaciones calientes en mi húmeda cosita, abajo. Ella terminó de desabrocharme los botones y me pasaba suavemente las manos y los labios por encima del sujetador, sobre mis pezones ya al colapso de la excitación, entonces con un movimiento rápido pero delicado me bajó el sujetador dejando mis pechos al aire y presionados por abajo por la prenda. Ella se acerco lentamente a mi pezón derecho. Podía sentir su aliento caído sobre él. Se paró un segundo en inmediatamente pasó delicadamente su lengua sobre él para seguir haciendo círculos alrededor. Yo estaba casi al borde el orgasmo solo con eso y entonces me ...
    ... lo apretó firmemente con la mano mientras ya lo lamia con pasión y casi lo metía entero en su boca. Otra tía me estaba chupando las tetas y solo con esa idea el deseo recorría cada rincón de mi cuerpo como no lo había sentido hasta ese momento. Entonces yo quise probarlo. Desee sentir en mi boca sus pechos y jugar con mi lengua en sus pezones. Le levanté la camisa y con un gesto más bien brusco le bajé el sujetador hasta la cintura. Ella se estremeció de placer y curvándose un poco hacia atrás me los ofreció. Tomándome la cabeza por la nuca y acariciándome el pelo invitándome a hacerlo, suspiró un “si” lleno de deseo. Sin pensármelo y tremendamente excitada pasé mi lengua directamente por uno de sus duros pezones, sentí como se estremecía de gusto y entonces, acariciándolas con las dos manos por abajo se las bese, se las lamí, las saboree, las metí casi enteras en mi boca. Era un frenesí que no podía parar. Me gustaba, me excitaba mucho, notaba como el placer se apoderaba de mí. En ese momento note como su delicada mano entraba por encima de mis braguitas y empezaba a acariciar mi pelito del monte de Venus. Otra oleada de placer me recorrió y besé sus pechos con más pasión, paseando con mi lengua sobre sus pezones, su cuello y su pecho. Ella lo entendió y con firmeza metió sus dedos entre mis húmedos labios buscando, jugando, explorando y acariciándolo todo. No era como siempre, estaba claro que sabía lo que hacía. Ella sentía lo mismo cuando se lo hacía a si misma. Pero a la ...
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