1. Lo que pudo pasar, pasó


    Fecha: 03/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: tambienmeape, Fuente: RelatosEróticos

    ... desde entonces ese deseo se ha convertido casi en el único. No puedo evitar sorprenderme a mi misma fantaseando en como seria hacerlo con otra. Estoy realmente preocupada porque no sé que me está pasando.”
    
    Esto último me lo conto casi con un nudo en la garganta. Y yo estaba todavía muy excitada de todo lo que me había contado y no podía dejar de imaginarme su sensual cuerpo latiendo de placer en el sofá de su casa, que tan bien conozco, mientras se hacía de todo a si misma descubriendo lo que de verdad la excitaba viéndolo por la tele. No podía dejar de pensar en su cintura arqueada mientras seguía un ritmo frenético con su mano y con la otra jugaba con su lengua y sus pechos. Tenía que parar, me avergonzaba a mi misma. Mi amiga me necesitaba y yo estaba teniendo mi primera excitación con una mujer. No podía ser más inoportuna ni darme más corte. Así que decidí consolarla quitándole importancia y diciéndole que esa fase la hemos pasado todas. Que era algo normal y que en el fondo todas somos un poco bi pero que no pasa nada y que no quiere decir nada, Que todo es perfectamente normal y que no se agobiara.
    
    Magnus apareció de pronto recién despierto de su siesta diciendo que nos fuéramos al pueblo en bici como habíamos quedado.
    
    Fue como la campana que nos salvó de un momento un poco tenso. Aunque más tenso se volvió cuando al levantarnos me di cuenta de que Silvia se había mojado también al contarme sus aventuras en solitario. Decidí no darle más importancia ya que ...
    ... al fin y al cavo era normal al contar con tanto detalle algo tan caliente. En el fondo todo esto me daba un corte tremendo y me pareció fantástico cortarlo en seco. Por segunda vez en el día. Estaba realmente muy turbada.
    
    Nos cambiamos de ropa para quitarnos los bañadores mojados, yo me puse un traje camisero y Silvia unos piratas con un blusón blanco. Cogimos las bicis y nos fuimos al pueblo que está a unos kilómetros de casa. Los tres íbamos hablando animosamente y riéndonos de tonterías. Mi amiga en ocasiones me lanzaba sonrisas de complicidad en las que, además, yo adivinaba el apuro que le daba ahora pensar en todo lo que me había contado. Las dos estábamos de acuerdo sin decirlo. Tema zanjado. Se ha desahogado, yo la he comprendido y le he asegurado que es normal. Se ha tranquilizado. Fin de la historia. A otra cosa mariposa.
    
    Pero claro que la cosa no acabó aquí. De repente descubrí a Silvia mirándole el culo a Margnus que iba delante con la bici. Me miró y con un gesto mordiéndose el labio de abajo me hizo saber lo que le parecía... mmm delicioso. Yo simplemente me encogí de hombros, le guiñe un ojo y le sonreí. En ese instante me asaltaron unos celos terribles. Otra chica le estaba mirando el culo a mi marido y sabia que se ponía con ello. Estaba furiosa y me la imaginé haciéndoselo ella sola mientras pensaba en mi tímido marido. Supongo que ese pensamiento me asaltó con la intención de encender aun más mi enfado… pero para mi sorpresa no fue así. Me sorprendí ...
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