Números Primos I - Cony 1
Fecha: 03/03/2019,
Categorías:
Humorísticos
Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos
... repetía... hasta que apareció en su vida Gabriel.
La despertó el sonidos de sus propios quejidos. La neuralgia se hacía cada vez más insoportable y, por algún motivo, ahora le molestaba también la luz. La enfermera tomó su pulso y procedió a darle el alta sin fijarse en más detalles, así que una guardia la tomó de forma muy poco delicada y la llevó casi a rastras a la que sería desde ahora, y hasta que algún juez dijera lo contrario, su celda.
- ¡Abran la 38!
El grito de la carcelera casi le revienta los tímpanos, tanto así que estuvo a punto de perder el conocimiento. Lo que fuera que le habían dado en la última dosis le hacía más daño que bien.
- ¡Love, tienes compañera nueva!
Una cabeza se asomó desde la cama superior, dió una mirada a Cony y volvió a mirar el techo.
- Cony Cruz, aquella es tu nueva compañera, Lexington Love.
- Lexie... llámame de otra forma y tendrás problemas.
La guardia se retiró y cerraron la puerta. Cony no dijo palabra. La actitud de la joven dejaba claro que llevaba un tiempo en la cárcel, pero que tampoco era una reo curtida; si así hubiera sido simplemente la hubiese ignorado... Cony había tratado con ex-presidiarios y conocía bien esa mirada.
- Toma la cama de abajo -dijo Lexie asomándose nuevamente-, tampoco parece que fueras capaz de subir.
Cony musitó un “gracias” que no supo si fue oído y se recostó, buscando nuevamente el tan elusivo sueño, pero sólo encontró más visiones.
Ocho años después de su ...
... matrimonio, las cosas iban de maravilla. Dinero, influencias y placeres le llovían a montones, pero un día, al regresar a aquel apartamento donde inició su relación con Alfredo, se encontró con una sorpresa: Su hija, Claudia, estaba allí con un par de cajas.
La niña se acercó tímidamente y le extendió una carta, aguardando temerosa. En ella las autoridades de la escuela le explicaban, someramente, que dado el claro retraso de aprendizaje y comunicación de la joven, su nobilísima institución educativa se veía forzada a buscar para la muchacha otros rumbos educativos, idealmente en algún establecimiento preparado para lidiar con niños con necesidades especiales. Agradecían también los continuos aportes en dinero de Cony e incluso deslizaban la posibilidad de seguir recibiendolos, aún cuando la joven Claudia ya no formara parte del alumnado. Le informaban también que se habían tomado la libertad de inscribirla en una escuela que cumplía con los requisitos necesarios y que estaba a unos 20 minutos en coche desde su casa y se despedían con sus mejores deseos para ella y su pequeña hija.
Ni siquiera notó que la niña llevaba allí en casa varios días, que probablemente había pasado hambre y que estaba sucia. En el fondo, el sólo verle la cara le recordaba que era ella la responsable de la muerte de su amado Raúl, algo que jamás podría perdonarle.
Y, no contenta con eso, la niña resultó ser una anormal... una vergüenza, un monstruo, un desperdicio. Apenas hablaba y no reaccionaba ante ...