1. El diario de Claudia: Aventuras en el cine para adultos


    Fecha: 04/03/2019, Categorías: Transexuales Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos

    ... expuesto. En el asiento del lado, mi bolso, bien abierto, para recibir mi paga.
    
    A estas alturas a nadie le importaba la película (donde una zorra era, justamente, cogida por un centenar de tipos); serían como las 2 AM. Nadie se iba…es más parecía haber más gente ahora. Estaba algo tensa y emocionada al mismo tiempo. Alguien me trajo un par de botellitas de wisky para relajarme. “¿Realmente te vas a dejar coger por todos estos machos?” me preguntaba…”Sí, sí puedo, quiero hacerlo, quiero experimentarlo, quiero tener mi propio record” inmediatamente me justificaba a mi misma. “¡Hagámoslo ya!”
    
    Alguien se dio la molesta de lubricar mi huequito con saliva. El semen que tenía en la cara no dejaba de chorrear hacía el resto de mi cuerpo o directo a mi boca. Me encanta ese sabor saladito que tiene.
    
    Llegó el momento. Había cruzado el punto de no retorno.
    
    Vi caer los primeros 60 mil en mi bolso, luego un par de manos fuertes en mis caderas y de inmediato la punta de una verga en mi pussy. ¡A coger! Mentalmente llevé la cuenta…“aquí va el primero”; no veía caras, estaba de espaldas a mi cachero, solo sentía rollos de carne dura que empezaban a entrar a mi cuerpo.
    
    El primer mazo me hizo gemir como loba, era verdaderamente gigante…como dejándome completamente abierta para el resto de la audiencia. Me lo metió sin piedad hasta el fondo, sentí sus bolas golpear mis nalgas; me taladró varias veces, una y otra vez, hasta el fondo, como la puta que era ahora. El tipo ...
    ... también gemía de placer, luego aceleraba cada vez más rápido y terminaba con un chorro de esperma dentro de mi cuerpo.
    
    Siguiente…
    
    Siguiente.
    
    Siguiente
    
    Mi bolso seguía llenándose de dinero, mi pussy estaba cada vez más y más abierto, mi interior más lleno de semen anónimo, tanto así que empezó a chorrear hacia el exterior. Yo estaba en un delirio indescriptible. NUNCA antes me había sentido así… tan USADA, tan abusada, tan violada, tan verdaderamente PUTA. Y ¿saben qué? ¡ADORABA todo esto! No me arrepentía ni un instante.
    
    Yo seguía llevando la cuenta: “…15, 16…22, 23…”
    
    Quién sabe qué hora eran ya, ¿las 3 am? ¿Las 4? Nadie parecía irse a casa. Me trajeron mas trago. Supongo que querían embriagarme, pero no soy tan fácil para ello; llevaba bien la cuenta del dinero que caía en mi bolsa.
    
    Disfrutaba cada pene duro que entraba en mi cuerpo: los habían de tamaño promedio, con cabeza ancha, en punta, gordos al medio, afeitados o no, negros, blancos, marrones, gigantes (uno de ellos casi llegaba a los 30 cm…casi se me salen los ojos). Algunos depositaban su carga salada, otros ya no. Algunos eran gentiles, otros algo violentos al momento de metérmelo.
    
    “31…32”
    
    Mi ropa (y mi maquillaje) eran un desastre: me habían quitado el portaligas, mi top estaba por la cintura, empapado en semen, mis tacones en el suelo. Casi me habían desnudado. Mis caderas estaban rojizas por todas las manos que me habían apretado por más de dos horas.
    
    “¿Cuántos más faltaban por ...