1. Mi suegra encontró la horma de su zapato. Familia open mind todo vale


    Fecha: 05/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    Esta historia descorre el velo sobre “de eso no se habla”. El open mind, o mente abierta, ese estado de libre albedrío que permite aceptar cosas que no son bien vistas socialmente o la predisposición para lo nuevo, raro, poco usual y novedoso de incorporarlas, individuos que no la van con el molde estructurado y conservador, adelantados en el descubrimiento de otros comportamientos.
    
    Los “open mind”, solo somos adelantados, algunos dirán atrevidos, yo prefiero llamarlos espíritus libertarios. Pasan cosas buenas en una familia, a nosotros nos gustó comentárselo, espero que ese gusto sea compartido, al final del relato encontrarán de qué modo podemos intercambiar experiencias…
    
    Desde hace unos años estoy en pareja con Alicia, una muchacha plena en toda la acepción del término, sus 21 años contrastan con mis 40, tan solo en los números fríos, porque en el encuentro de pasiones vamos codo a codo con el deseo y la calentura, por eso mismo decidimos convivir. Por esas cosas de la economía y de que su mamá (Lidia) no se quedara sola, decidimos que la casa familiar tan espaciosa, sería también nuestra residencia.
    
    La madre de Alicia, transita sus 52 años, bien llevados y mejor lucidos. En cuestión de edad estoy a mitad de camino entre las dos mujeres de la casa.
    
    Mi pareja heredó las buenas formas de su progenitora, algo más bonita de rostro, pero con menos “tetamen” que la madre, ambas comparten el admirable trasero como marca de fábrica, no pasa indiferente a la mirada ...
    ... libidinosa de los hombres.
    
    Doña Lidia, como suelo llamarla adrede, para molestarla con el “doña”.
    
    —¡Doña!, ¡las pelotas! Deja de joder, doña es una mujer que “pasó a cuarteles de invierno” y yo estoy en actividad, no tengo marido, porque decidió morirse hace cinco años, pero soy una hembra en “edad de merecer” ¡Qué tanto eh!, y se palmea la nalga en demostración de la firmeza de sus carnes.
    
    Me gusta provocarla, mostrar esa enjundia, espíritu de pelea que tan bien le sienta a la expresión altiva y tan sensual que me provoca “cosa” cuando se pone de ese modo, ella que de lenta no tiene nada, se da cuenta de que esa ocurrencia es parte de una estrategia de seducción mutua, su forma de retrucar ese dicho, me hizo suponer que todo esto tiene un propósito desconocido en ese momento.
    
    Como en todas familias las divergencias y conflictos son moneda corriente, pero nada tan grave como para que dure más de un día; la convivencia no es fácil, solo es cuestión de poner voluntad y ganas para aprender a tolerar el pensamiento y gustos distintos. En la visión de las relaciones humanas, la tolerancia y respeto hacia el prójimo había consonancia, teníamos más consenso que disenso, tenemos más cosas que nos unen que las que nos separan. Somos adictos a los juegos de palabras, graciosos y con una segunda intención.
    
    En una ocasión esta frase en tono jocoso: “el matrimonio dura lo que dure dura”. Mi suegra dijo: – Ah, entonces no tendrán problemas… - Supongo… aunque eso lo debería decir ...
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