1. Mis traviesas vecinas


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... prácticamente las botellas de vino, más ellas que yo, y cogieron un puntito por la poca consistencia alimenticia de las pizzas. De repente Ana se me quedó mirando con una expresión especial y me preguntó... -"¿Qué te apetece hacer en este momento? Es posible que mi mutismo y mi mirada le transmitieran lo que en aquel momento estaba pensando, ya que casi sin darme cuenta me la encontré pegada a mis labios. Aquello me dejó de piedra sabiendo que la otra mujer era su propia madre, no pensé que pudiéramos llegar a algo tan íntimo, pero reaccioné rápidamente y mis brazos se apoderaron de su cintura como dos tentáculos… al fin y al cabo, la señora se hacía unas pajas tremendas con el show de mi hija y yo, y no coartaba a su Ana de exhibirse ante nosotros descaradamente ofreciendo también su sexo. Ambas parejas estábamos predestinadas a compartir algo más que un simple voyerismo.
    
    Marta se levantó de la silla y soltó un… -“¡Vaya con el doctor! Parece que nos quiera examinar más a fondo”, ipso facto se puso de rodillas en el suelo. Casi sin darme cuenta me masajeaba el cipote por enciama de los bermudas palpando todo el tramo erecto, mirandome a los ojos soltó el cordón...enganchó el borde elástico con sus dedos y tiró bajandome la prenda junto con el bóxer. Abrió los ojos en señal de asombro y empezó a masajearme mi polla que ya estaba tiesa como un palo… me sacó los calzoncillos y los bermudas para amorrarse a chupar con ganas de devorarme vivo allí mismo ante la mirada curiosa ...
    ... y expectante de su hija…. Mientras yo por un lado estaba explorando toda la anatomía de Ana y por otro pensando, “madre mía lo que se me viene encima con estas dos fieras con hambre atrasada…”.
    
    La verdad es que todos los hombres tenemos por costumbre alardear de nuestra virilidad, pero a más de uno quisiera ver yo delante de un panorama como ese con un par de hembras que parecían yeguas desbocadas. La verdad, por qué no reconocerlo, daba un poco miedo. Marta chupeteaba mi glande, lo lamía y lengüeteaba para luego succionarlo con avidez…, entre tanto su hija y yo nos comíamos las bocas mientras le sobaba la tetillas de pezones empitonados y aureolas inflamadas, me sentía perdido como Ulises en la isla de Calipso entre los cantos de las sirenas de mar.
    
    Casi a peso me levantaron entre las dos del sofá, y me condujeron a una habitación donde había una enorme cama de matrimonio… allí me tumbaron y desnudaron por completo. Todo debía estar planeado de antemano ya que tenían música de fondo puesta a un volumen muy bajito para amenizar el encuentro y no despertar a la niña que dormía como un ángel. De pronto las dos a la vez como algo ensayado previamente, de desnudaron y se quedaron frente a mí de perfil. Empezaron a besarse y meterse mano mutuamente iniciando una especie de ritual erótico que me puso enfermo avivando mi instinto básico animal…. No porque estuvieran cometiendo incesto lésbico, eso ya pueden imaginar que lo tenía más que superado en mi vida, sino por cómo se ...
«12...5678»