1. CABALGANDO (modestamente)


    Fecha: 11/09/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... resalta no solamente sus perfectos glúteos, sino que “interpreta” los deseos de la nena, marcándole la raya de la conchita. ¡Estoy dispuesto a calmar sus intenciones! 
    “Piel canela…”, como la marinera peruana, bajita…, con el voluptuoso detalle que hacía falta: un portentoso par de nalgas, carnosas y paradas…
    Me senté en una de las mesas…, bastante grandes, para cuatro por lo menos… Es probable que, en ese pueblo, nadie coma solo…, ni siquiera un café… 
    Rápidamente se acercó. ¿Será la impecable atención, o la oportunidad de conocer a un “forastero”?
    -Buenos días señor… ¿En qué lo puedo servir? - ¿Si le digo exactamente qué es lo que quiero…, se ofenderá?
    -Pues…, señorita… Creo que una sonrisa suya sería suficiente… 
    -¡Señor ingeniero! ¡Es usted muy amable! - ¡Sabía hasta mi profesión! ¡Pueblo chico!
    -Lo menos que puedo decir ante tanta belleza… - Me había fijado que no había ninguna otra persona a la vista. Por las dudas hablé bajito…
    -¡Oh…, por favor! ¡Me hace sonrojar! - ¡No disimula! ¡Es verdad! Sus hermosas mejillas tomaron color…
    -No puedo dejar de apreciar tu belleza, te lo dije. Recorrí media provincia para encontrar mujer tan hermosa y simpática como vos… - Es cuestión de tomar confianza. ¡Veremos qué pasa!
    -¡Me halaga muchísimo su opinión…! – Parece que es cierto. Su mirada y su sonrisa afirmaban sus palabras.
    -¿Hay en este pueblo alguien que lo sepa apreciar? – La belleza estaba enrojeciendo… - Me habían dicho que no quedaban mujeres lindas…, pues se ...
    ... habían ido a la ciudad…, donde las “atienden” mejor… - Recalqué “atienden”.
    -Si…, bueee., no quiero ser inmodesta…, pero…, las chicas se van a estudiar y trabajar…, pero yo…, desgraciadamente, tengo a mi mamá enferma y mi papá está en el campo…
    -Y… ¿hay algo que yo pueda hacer por vos… y tu mamá?
    -Y…, no…, ella está en este momento acompañada por mi hermanita…, pero necesita de mí para algunas cosas…, que mi hermanita no puede atender…, y mi papá prefiere que por ahora… me quedé yo…
    -Y…, ¿Cuándo estarás desocupada…, para que yo… te invite a dar un “pequeño paseo…” – Se lo dije con toda intención…
    -Ahorita no más voy a mi casa…, porque mi hermanita se va a la escuela… Estoy en casa mientras ella está en la escuela…; luego vuelvo acá.
    -¿Estás sola en tu casa? – Tirarse lances es gratis…
    -Con mamá, pero ella está en cama… ¿por qué? – Su mirada y sonrisa demuestra que sabe por qué.
    -Para acompañarte y no almorzar solo… Acá mismo, en este restaurante, hacen comida para poder llevar… ¿no?
    -Si, si…, claro…
    -Pues bueno…, llevamos comida para tu mami, tu hermanita y para nosotros… ¿te parece?
    -¡Cómo se va a molestar tanto!
    -¡Nada más que para estar con vos! – Creo que fui claro y específico.
    -¿No es mucha molestia?
    -¡Ninguna! ¡Un placer! ¡Cómo va a ser molestia estar “junto” a vos…! – Como otras veces, una palabra puede decir todo…, en este caso “junto”. - ¡Vamos ya! 
    La nena pasó por una puerta, atrás del mostrador y al instante volvió.
    -¡Vamos a casa!
    -¡Espera, espera! ...