CABALGANDO (modestamente) - Relatos Eróticos

CABALGANDO (modestamente)

... ¡Quiero llevar comida!
-¡En casa hay!
-¡Pero no te la voy a comer yo! ¡Jajaja! – Me acerqué a su oído. – La única comida que hay en tu casa y que me quiero comer… ¡sos vos!
Sonrió y bajó la vista, enrojeciendo sus mejillas.
-¡Uy…! ¡Qué dice…! 
-¿Estuve grosero?
-No, no, para nada… - Ella también se acercó a mi oído. - ¡Me dio gusto! ¡Me gustaría que me coma!
Se me puso tan al palo que me dolía…
Le di las indicaciones para que pida lo que quiera – unos sencillos fideos con boloñesa -, con el auxilio de un vino tinto. Pagué y entre los dos los llevamos a su casa, que está solamente a 20 metros, cruzando la calle.
Conocí a su madre, solamente engripada, sin ninguna otra complicación, bellísima… - en lo poco que se veía estando en cama -, su hermanita, de sexto grado…, y lo “amables y cariñosas” que son las mujeres de ese pueblo.
La mamá entendió que esta ocasión merece una especial atención, así que le pidió a la hija que la ayudara “estar presentable…” Fue de excepción… Su hija la preparó para un desfile de bellezas. ¡No hay duda de quienes son hijas! ¡Menos mal que yo estaba sentado en la mesa del comedor… ¡disimulaba el bulto!
La “mamita”, está justamente así: ¡mamita! Un transparente negligé…, sin nada que ocultar…, dado que ignoró sostén y tanga… ¿Sería cosa de la hija o de la madre semejante exposición?
El almuerzo fue alegre y relajado. Retozamos un poco en la sala, hasta que la pequeña Vanesa se fue a la escuela, de doble turno…, pero como el pueblo es ...

... pequeño todos los alumnos almuerzan en casa y vuelven a la escuela…
Úrsula, la mayor, conversó unos minutos, mientras servía café y coñac, y luego instó, por suerte, a que su mamá retorne al dormitorio.
Cuando regresó de acompañar a su madre me lo dijo…
-No te rías…, pero como le dije que había venido un guapo ingeniero…, no quiso ser menos…, que la súper “madura…” – Úrsula rio suavemente. – Mamá no puede dejar de intentar seducir… ¡Será así hasta el último minuto!
-¡Eso es bueno! ¡Es estar vivo! Supongo que no habrá hombre que se pueda resistir… ¡tu mamá es muy hermosa! ¡Y ustedes lo son tanto como ella!
-¡Jajaja! El problema es que hombre que se acerca…
-¡Y con vos se deben acercar muchos…! - Interrumpí…
-Bueno…, no tantos…
-Siiii…, ¡solamente porque no hay muchos! ¡Sino harían cola!
-¡No exagerés! – Úrsula me apoyó “cariñosamente” la mano en el muslo…, y dejó la copa de coñac sobre la mesita…
Copié su acción… y también dejé la copa… 
Cuando la abracé para atraerla contra mí y besarla en la boca, abriéndole los labios y acariciando su lengua, Úrsula no estaba muy convencida…, pero sus dudas duraron poco. Cuando le pasé el brazo por atrás bajándolo a sus glúteos, me pasó ambos brazos por el cuello y su beso de lengua fue feroz, hasta cortarme la respiración. No dejé de utilizar mis manos en sus glúteos y en sus pequeñas pero duras tetitas y erectos pezones. Cuando la alcé y la subí a mi regazo, estaba “agarrada” de mi cuello. 
Me abrí la bragueta…, y antes que pudiera ...