Placer Anal
Fecha: 15/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Karina Rios, Fuente: CuentoRelatos
... las demás resultó ser muy grosera y ordinaria así que nos vinimos para casa. Mi primer intento en ese sentido fue un fracaso, pero en realidad no me amargué demasiado. Tenía el tiempo del mundo y por supuesto a Carolina, lamentablemente en forma transitoria.
¡Teníamos en ese momento casi tres semanas por delante!!! Cuando llegamos a casa mis papis aún no habían llegado. Eran la 1.30 de la madrugada. Nos duchamos juntas.
—Nos tenemos que hacer un enema —me dijo Carolina mirándome con la malicia dibujada en su rostro sonriente de diosa morena.
—Vos también —le respondí con la misma malicia— ¡Qué me pensás hacer? —agregué.
—¡¡¡Aaahhh, ya vas a veeeer...!! —replicó con un dejo de misterio en el tono de su voz.
Cuando le fui a introducir la jeringa en el ano, sus bellas caderas me tentaron de tal manera que me arrodillé y comencé a besarle y a chuparle las nalgas buscando su ano.
—¡Esperá un poquito, no te apures!! Vamos a ponernos bien lindas y vamos para la cama. Antes quiero ver una película porno junto contigo, así nos ponemos a mil y después hacemos de todo.
La idea me encantó y refrené mis impulsos más agresivos y menos sofisticados que los de ella. Luego de cumplir con los requisitos de una perfecta higiene, nos secamos, nos perfumamos, nos maquillamos y fuimos para la cama, completamente desnudas. Mi dormitorio es amplio y mi cama también. Carolina tenía allí todo su equipaje. Pensaba compartir mi dormitorio con ella durante tres semanas.
—¿Tenés ...
... algún video de vergas grandes? —me preguntó.
—Por supuesto!! —le respondí— tengo como seis y dos de un tipo que la tiene como un burro, ¡me encanta el pedazo que tiene!!!
Coloqué uno en el aparato en donde se ve al tipo cogerse por el culo a tres chicas con un cuerpo espectacular. Lo excitante es ver como después de sacársela a la primera le muestra a una de ellas el estado en que le quedó el ano. Le pregunta si quiere que le haga lo mismo y ella acepta, por supuesto y así a las tres.
Ver cómo les quedaba el ano a las chicas me hizo acordar que a mí me había quedado igual la noche anterior luego que el garrote de mi Marcos me hiciera ver las estrellas.
—¡Así tenías el culo ayer Kari! ¡Qué putona que estabas!!! ¡Me encantaría verte a vos también así! —le respondí mientras pasaba una mano suavemente sobre mis labios genitales y hacía lo mismo con la otra en la conchita de Carolina.
La calentura nos iba ganando a pasos agigantados.
—¿No me querés ver el culo bien abierto ahora, puta? —me dijo con su cara muy cerca, encima de la mía, sus labios jugosos y pintados rozaron los míos, abrí la boca y me introdujo la lengua, la succioné como para tragármela.
Su mano apartó la mía de mis labios genitales, apoyó la suya y hundió dos o tres dedos en mi vagina. Una oleada de placer recorrió mi cuerpo.
—¡No hay ninguna pija que te lo abra! —respondí a su pregunta anterior luego que nuestras bocas se separaron.
—¿Para qué queremos pijas si tenemos consoladores y ...