LA PATINADORA - Relatos Eróticos

LA PATINADORA

... tesoro, cada día mejor…, y cada día más hermosa…, como ninguna… - Le hablo zalameramente al oído…, como amante de telenovela.
-¡Ay Dani! ¡Qué lindas cosas me decís! – Se aprieta contra mí. Mi bulto se convierte en tremenda carpa. - ¿Sabés Dani? No le digás nada a mamita…, pero me gusta mucho estar apoyada contra vos…, y sentirte…
-¿Cómo? ¿Qué sentís? - ¡Carajo! ¡No lo puedo evitar! Sentir sus glúteos contra mi bulto me hace perder la cordura.
-Y…, jejeee…, esa cosota dura que tenés entre las piernas… - Me habla al oído. ¡Sentir su aliento contra mi oreja provoca aún más erección!
-Pero…, que… ¿qué cosa? – Me corre un escalofrío… ¿Y si se le ocurre decirle a la madre que siente mi palo contra su culito?
-Jeje…, lo sé… En la escuela todos los chicos siempre tratan de ponerse atrás de las nenas para apoyarle el “palo”.
-¿Eso hacen? ¡Qué barbaridad! - Tengo que disimular, como si yo no lo hubiera hecho.
-Jeje…, no siempre es feo… - ¡Lo acepta! 
-¿Cómo es eso? – Me intriga semejante opinión…
-Lo que pasa Dani…, es que…, si un chico me gusta… no me molesta… ¡Me molesta cuando me lo apoyan los que no me gustan! ¡A estos lo saco corriendo!
-¿Y cuándo te gustan? ¿Qué hacés? – Interesante calificación de gusto.
-Me quedo quietita para disfrutarlo… ¡jajaja! – Gladys no tiene complejos… - A veces, si puedo, muevo la colita para sentirlo mejor…
-Y… ahora… ¿te gusta? – Hay que jugarse…
-Jeje…, no digás nada… - Me habla al oído. - ¡Me gusta mucho!
-¿Querés sentirlo bien ...

... bien, doblemente bien? - ¡Toda la mala intención posible!
-Si claro, me gustaría…, pero acá no se puede… - Seguía secreteando. – Cuando vayas a casa a buscar a mamá…, y tengas que esperarla…, bueno…, lo hacemos… ¿querés? - ¡Ella me lo propone a mí!

La mamá, Gloria, es secretaria en la cooperativa agraria, donde estoy trabajando para el proyecto y construcción de una nueva sede y depósitos. Desde el primer día tuvimos buena química y…, bueno…, fui invitado a “cenar”, dado que su esposo es uno de los socios de la coop y generalmente está en la chacra.

La nena sigue apretadita contra mi bulto, y yo con cada vez más ganas de tenerla en bolas…
-Por supuesto…, pero…, bueno…, no quisiera que tu mami se enterara… - Me había propuesto que vaya a su casa. ¿Qué va a opinar su madre si me ve toquetear a la hija?
-No, no. Hacemos así… - Parece que Gladys lo tiene todo planeado. – Si arreglás con mamá salir a las 7, por ejemplo…, vení a las 6 y media… y decís que te confundiste. Como mami tarda más…, mucho más de media hora en prepararse…, bueeee…, nos quedamos juntos… jeje… ¡te hago compañía para que no te aburras!  
-¡Idea genial! ¡Sos divina! – Le acaricio la colita con disimulo. – Mañana mismo arreglo para salir…
-¡Dale, te espero!
Efectivamente, le hablé a Gloria, la mamá de Gladys, con quien tengo “buena química” (en dos oportunidades fuimos a la ciudad – 40 km - a “despuntar el vicio”) desde el primer día que llegué al pueblo, dado que ella es quien atiende la librería, y ...