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experiencia en un circo
Fecha: 06/10/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: elssye olinka, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... implacable, y sentí que mi cuerpo se rendía por completo a él. Finalmente, Jorge se vino dentro de mí, su semen caliente llenándome por completo. La sensación fue abrumadora, como si su esencia estuviera invadiendo cada rincón de mi ser. En ese momento, con su cuerpo aún palpitando dentro del mío, nos miramos, y supe que esto era solo el comienzo. La tensión en el aire se transformó en algo más, algo que no podía nombrar pero que me hacía sentir viva, peligrosa y libre. —¿Y ahora qué? —pregunté, mi voz apenas un susurro. Mi cuerpo aún temblaba, y sentí un calor que se extendía desde mi centro hacia el resto de mi ser. Jorge sonrió, su expresión cargada de promesas y misterios. Su mano acarició mi mejilla, y sentí su pulgar secando una lágrima que había escapado de mis ojos. —Ahora —dijo, su voz profunda y segura—,quiero que me la mames. El asiento trasero del Chevy, se convirtió en el escenario de algo más grande, algo que ni siquiera yo podía prever. Y mientras Jorge me miraba con deseo, supe que no había vuelta atrás. Esto era solo el comienzo de algo que nos cambiaría a ambos para siempre. Mi mente vagaba por las posibilidades, por las sensaciones que aún estaban por venir, y me di cuenta de que estaba lista para todo lo que Jorge tuviera para ofrecer. l aire en el asiento trasero del Chevy con el sudor de nuestros cuerpos. La luz de la noche se filtraba por la ventana, proyectando sombras danzantes sobre las paredes del auto. Jorge me miraba con una ...
... intensidad que me hacía sentir como si fuera la única mujer en el mundo, su verga aún dura y escurriendo semen entre sus manos. Yo, con los labios hinchados y el cuerpo tembloroso, lo jalaba hacia mí, deseando que aquel momento no terminara nunca. Pero entonces, mi mirada se cruzó con la de Luis, quien observaba desde un rincón del asiento, su presencia silenciosa pero imponente. Le sonreí, una sonrisa que era tanto invitación como desafío, y él respondió con una mirada que prometía más de lo que podía manejar. "Jorge," dijo Luis con voz calma pero firme, "ahora dame chance." No era una petición, sino una orden envuelta en cortesía. Jorge, sin dejar de mirarme, se apartó lentamente, pero no antes de tomarme del cabello con una mano y colocar su verga, aún caliente y húmeda, en mis labios. Sentí su sabor salado en mi boca, una mezcla de semen y deseo, mientras sus dedos se enredaban en mi cabello, guiándome hacia él. Luis, sin perder tiempo, se posicionó entre mis piernas, su verga gruesa y erecta ya lista para penetrarme. El contraste entre sus cuerpos era palpable: Jorge, con su seguridad arrolladora, y Luis, con su seriedad contenida, ambos convergiendo en mí. La sensación fue abrumadora. Jorge me guiaba con el cabello, su verga en mi boca, mientras Luis se alineaba con mi entrada, listo para entrar. Sentí su punta rozar mis labios íntimos, y antes de que pudiera procesarlo, me penetró. El placer fue inmediato, pero también lo fue la presión de tenerlos a ambos, uno en mi ...