1. EL VECINO 1


    Fecha: 08/10/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Berlith, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Mi nombre es María, ya tengo mis 45 años, separada hace mucho y con un precioso hijo que ya se realizó como médico. Ahora está haciendo su SECIGRA en medicina en la selva y no regresara en un año para obtener su colegiatura. Un día, llamo y dijo que le ofrecieron plaza para medico en el hospital de Moyobamba. Hasta allí, flores. Había cumplido como madre. Pero con los días, semanas y meses empecé a tener el corazón vacío como mi casa. Bueno, casa amoblada hay, pero el calor familiar de sentirme útil, el que alguien me dijera bien hecho, gracias, te amo; no, ya no había. Pronto me sentí como otro objeto más dentro del depa’. No tenía con quien compartir una comida, ni por quien sonreír o cuidar la casa. Hasta que caí en una depresión y peor, cuando oía los chismes de las vecinas. Y sus tropelías con sus familiares en casa. Quería al menos uno de sus hijos o su esposo para sentirme útil con alguien que me valorara. Ya ni siquiera comía mucho. Baje de peso al final. Utilidad, si bueno podría empezar a trabajar, decía mi vecina, pero yo ya estaba trabajando. Y cuando regreso solo veo una casa vacía. Lo bueno es que podía pajearme sin miedo que mi hijo me oyese. Si, tenía miedo, a que se entere como su madre necesitaba un hombre entre sus piernas. Me suena vulgar si meto a mi hijo en estas líneas que escribo. Pero si, me siento sola, abandonada, sin utilidad, vacía por dentro. ¡Y si, está bien! Estaba angustiada por sexo, ya no me hacía efecto mis pajas ni mirando la porno de la ...
    ... internet. Quería sentir alguien dentro de mí. Y que me dijera lo hermosa que soy, que me hiciera cumplidos por la comida y que hermosa casa aseada tenia al volver de su trabajo.
    Un día mientras regresaba del mercado de en frente. Vi un señor que paseaba su perro en la misma acera a la vez que recogía botellas plásticas. No lo conocía ni presentado. Solo por los chismes, supe que era un viudo del condominio. Yo nunca lo había visto antes o si lo vi lo tomé por un necesitado. Y según las vecinas no sale mucho excepto para comprar en el mercado y pasear al perro.
    —Buenas —me saludo sobresaltándome un poco y sacándome de mis pensamientos—¿podría regalarme su botella? —pregunto, dándole la botella que llevaba paseando en mi mano. Ni me había dado cuenta de la botella vacía. —Gracias —agradeció, retirándose con el perro.
    El hombre es alto, moreno con pocas canas, bien parecido, me llevaba una palma más de mi altura de tés trigueña. Pero su ropa, no estaba rota ni hecha mugre, solo necesitaba una ligera lavada. Así que volví por mi camino girando la mirada hacia él, pero ya se había ido. Me tarde mucho en mis pensamientos, creo.
    Ya, enfrente de mi puerta. No sabía si entrar o no. El solo tratar de buscar la llave me sonaba a cansancio. Como… digo, como puedo hacer lo mismo sabiendo lo que encontrare queriendo que sea distinto. Digo, se lo que encontrare al abrir mi puerta, un depa  sin nadie que me reciba, pero aun así, entro como si alguien me recibiría. Empuje la puerta y no ...
«1234...9»