1. Historia de dos hermanos


    Fecha: 11/10/2025, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Berlith, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... le dio tiempo. Salí desnuda llorando a afuera. Mientras le pegaba a mi hermano. Corrí en pánico algo lejos pero luego pensé en José. Y regrese en mis pasos preocupada y con miedo, hasta notar una figura que se acercaba. Me asuste más que estaba a punto de desmayarme. Trastabille al suelo.
    —¡papa! no papa, no me golpees seré buena no como mama —le suplicaba sentada sobre las hojas caídas y secas del platanar. Lloraba como nunca que recuerde. El solo se acercó y quito la ropa para tumbarse encima mío. Me abrió las piernas y trate de patearlo. Arañe la tierra como un animal para arrastrarme fuera de su alcance hasta que un dolor me paralizo. Fue brutal, me partía en mi interior y siguió y siguió. Gritaba de dolor hasta que pareció que desaparecía y cambio a algo muy diferente. Él solo seguía empujando su pene sin detenerse. Solo trataba de escapar cuando me dio una cachetada que me tumbo a la tierra. Mi cuerpo inmóvil se movía esta ves solo por sus embates contra mi cosita…
    Desperté en mi cama. Creí que lo haría en la parcela de plátanos. Pero estaba en la casa. Me levanté de asustada al recordar, abrí mis piernas y estaba con algo de sangre seca por donde orino y una baba blanca que salía dentro de mí. Y cambie a ver por mi alrededor. Si estaba en mi cama. Tenía el cuerpo adolorido los pelos de la cabeza con algo de tierra y paja como mi cuerpo. Y la cara la tenía adolorida que hasta abrir mi boca dolía. Pensé en mi hermano e iba a buscarlo, pero todo se me vino abajo con ...
    ... los dolores que sentía. Aun así, rodé sobre la cama. Tenía que buscar a mi hermano tratando de no encontrarme con mi papa. Avance apoyándome sobre todo lo que me ayudara a caminar y no encontré a nadie. Estaba solo aquí. En el umbral de la puerta agüeite por fuera de la casa y no había nadie solo las gallinas. No teníamos perros ya. Porque en sus arrebatos de locura no le dejaban hacer lo que acostumbraba y lo mato. Llore mucho esa noche. Era un buen perrito protector y juguetón conmigo. Solo recordarlo me hace llorar como ahora que ando buscando a mi hermano.
    —¿Dónde estás? —pregunté, salí con cuidado y no estaba fuera de la casa. Cuando me senté fue cuando me di cuenta de mi desnudes. Así que lo explique por mi temor y no saber de mi hermano. Estaba regresando adentro cuando lo vi bajando del monte. Busqué algo dentro y encontré la toalla de mama y me envolví con ella. Traté de darle alcance, pero solo andaba renca y me detuve medio camino.
    —José —grité varias veces, pero solo vi que seguía el camino de bajada. También tenía problemas al caminar. No bajaba como normalmente la hacía. Así que seguí tratando de subir hasta que poco a poco lo vi. Mi hermano estaba bien magreado en su cara. Estaba hinchado en su cara con sudor y sangre combinado con algo de tierra. Bajaba con un saco llevando herramientas encima.
    —que haces aquí?! —increpo con una pregunta. Yo solo lo veía preocupada por lo que le hizo papa a mi hermano. Con más razón le dije que nos fuéramos. —hay que seguir ...
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